Evo Morales pide voto nulo y marca la jornada electoral en Bolivia

Bolivia celebra este domingo unas elecciones presidenciales históricas y cargadas de incertidumbre, en medio de una aguda crisis económica y de una profunda fragmentación política. Más de 7,5 millones de ciudadanos están habilitados para elegir al próximo presidente, vicepresidente y renovar el Congreso, en una contienda en la que por primera vez en dos décadas la izquierda llega dividida y con altas probabilidades de un balotaje.

El ex presidente Evo Morales, inhabilitado para competir, reiteró su llamado a votar nulo como protesta política. Desde Villa 14, su tradicional bastión en el Trópico de Cochabamba, Morales aseguró que ningún candidato representa al “pueblo boliviano” y denunció que el proceso electoral busca “el retorno de la derecha”. Según las encuestas, el voto nulo alcanza un 14,6%, lo que refleja la influencia del evismo pese a su ausencia en las papeletas.

En paralelo, el actual mandatario Luis Arce acudió a votar en La Paz y garantizó un “tránsito democrático”, descartando su reelección con el Movimiento al Socialismo (MAS). El oficialismo, que postula al exministro Eduardo del Castillo, llega debilitado y con riesgo incluso de perder su personería jurídica si no alcanza el 3% de los votos. Del Castillo votó en Santa Cruz e insistió en que el MAS “sigue siendo la mejor opción para superar la crisis sin afectar a los más pobres”.

Las encuestas ubican como favoritos al empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, y al ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Libre. Ninguno, sin embargo, alcanza la ventaja suficiente para imponerse en primera vuelta, lo que anticipa la posibilidad de un balotaje por primera vez en la historia democrática del país.

El Tribunal Supremo Electoral informó que más de 3.000 observadores internacionales supervisan los comicios, calificados como “los más observados de la historia de Bolivia”. La OEA, por su parte, llamó a garantizar un proceso pacífico y rechazó cualquier intento de obstaculizar la jornada.

Las urnas abrieron a las 8 de la mañana hora local y cerrarán a las 16, aunque los electores que permanezcan en fila podrán sufragar. Mientras tanto, el país sigue bajo la tensión de denuncias de presiones, advertencias de sabotaje y un clima de polarización política que podría definir el rumbo de Bolivia en los próximos cinco años.