La tensión en el fútbol español lleva a los árbitros a considerar la huelga

PABLO ALVARADO PORCELL | Panamá en Directo
El gremio de árbitros españoles amenazó con realizar una huelga en respuesta a los sucesos ocurridos en el ‘Caso Negreira’ y la agresión que uno de sus colegas sufrió en Ceuta. Sin embargo, finalmente se decidió que no se llevaría a cabo la huelga.
Un gran número de árbitros pertenecientes a la Real Federación Española de Fútbol se reunieron el día de ayer con el fin de paralizar las ligas Primera y Segunda División mediante una huelga.
Según fuentes españolas, el motivo principal de los árbitros para convocar la huelga fue recuperar la confianza en su gremio, tras los acontecimientos relacionados con el ‘Caso Negreira’.
Hay que recordar que desde hace varias semanas, han salido a la luz informaciones muy delicadas, ya que se ha conocido que el Barcelona pagó 7 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, para obtener beneficios arbitrales durante partidos oficiales.
Otra de las razones para convocar la huelga fue la agresión que sufrió uno de los colegiados en Ceuta, por parte de varios jugadores del Polillas y sus familiares, en un partido de juveniles el pasado fin de semana.
Cambio de planes
Después de varias horas de negociaciones, los colegiados españoles decidieron no llevar a cabo la huelga. Sin embargo, el Comité Técnico de Árbitros (CAT) emitió un comunicado dirigido a LaLiga, sus representantes y los clubes para reducir la tensión que rodea al mundo del fútbol.
El comunicado del CTA señala que «todos debemos entender el fútbol como un deporte en el que deben existir pasión y emoción, y donde los protagonistas tienen errores y aciertos, incluyendo a dirigentes, jugadores y árbitros. No se puede utilizar el deporte en general y el arbitraje en particular como un medio para justificar comportamientos y conductas indebidas e inapropiadas por parte de los miembros que forman la familia del fútbol».
Además, concluye que «es una situación que no solo afecta al colectivo arbitral profesional, sino que es aún más preocupante para los menores que comienzan en categorías inferiores y carecen de seguridad en el campo, niños que son señalados, insultados, amenazados y, lo que es más grave, agredidos físicamente, algo intolerable y efecto directo de la campaña mediática de desprestigio que sufrimos por parte de La Liga y los clubes profesionales. Por todo lo mencionado anteriormente, nos gustaría enviar un mensaje de reflexión para evitar lamentar más desgracias de las ya acaecidas y no tener que tomar medidas drásticas y urgentes que repercutirían directamente en nuestra competición».









