REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | noviembre 27, 2024Un esperado alto al fuego entre Israel y el grupo libanés Hezbolá entró en vigor este miércoles a las 4:00 a. m. (hora local), marcando una pausa tras dos meses de enfrentamientos que dejaron una estela de devastación en ambos lados de la frontera. Sin embargo, las horas previas a la tregua fueron testigos de intensos combates que elevaron la tensión al máximo, poniendo en duda la efectividad del acuerdo desde su inicio.
Durante la madrugada, el ejército israelí lanzó alertas instando a la evacuación inmediata de varias áreas del sur de Beirut, incluidos sus suburbios. Poco después, fuertes explosiones sacudieron estas zonas, dejando en evidencia la crudeza de las hostilidades. Según informes, al menos dos bombardeos se registraron en los alrededores de la capital libanesa, mientras que Hezbolá respondió con el lanzamiento de cohetes hacia el norte de Israel y drones dirigidos a objetivos en Tel Aviv.
El acuerdo de cese al fuego, mediado por Estados Unidos y Francia, contempla compromisos clave, como la retirada de Hezbolá al norte del río Litani y el repliegue de tropas israelíes de la frontera sur del Líbano. El primer ministro libanés, Nayib Mikati, celebró el pacto como un avance crucial hacia la estabilidad en la región y destacó la necesidad de fortalecer la presencia del ejército libanés en el sur, una zona históricamente controlada por Hezbolá.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dejó claro que su gobierno mantendrá una postura firme: “La duración del alto al fuego dependerá de lo que ocurra en Líbano. Nosotros mantendremos total libertad de movimiento”. Este comentario subraya las profundas desconfianzas que persisten entre ambas partes.
El balance del conflicto, que comenzó hace dos meses, es devastador. En el Líbano, los ataques israelíes han causado más de 3.700 muertes y desplazado a 1,2 millones de personas, mientras que en Israel, los ataques de Hezbolá han dejado 78 víctimas mortales, incluidas 47 civiles, y forzado a 60.000 personas a abandonar sus hogares.
A pesar de los intensos ataques que marcaron las horas previas a la tregua, ambas partes parecen estar probando los límites del acuerdo. Analistas consideran que esta pausa es apenas el inicio de un camino largo y complicado hacia una estabilidad real en la región. Los retos incluyen no solo la implementación de los términos del acuerdo, sino también la amenaza latente de nuevos enfrentamientos.
Este cese al fuego representa una oportunidad para el diálogo, pero también pone de relieve las profundas fracturas entre Israel, Hezbolá y sus aliados. En el contexto actual, los observadores internacionales siguen de cerca los movimientos en la región, conscientes de que cualquier provocación podría desatar nuevamente el conflicto.