REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | septiembre 29, 2024La crisis migratoria en el Tapón del Darién continúa en aumento, impulsada por políticas migratorias ineficientes a lo largo de América Latina, de acuerdo con un reciente informe publicado por Human Rights Watch. Este reporte destaca que la falta de rutas legales seguras obliga a los migrantes a cruzar una de las zonas más peligrosas de la región en su intento de alcanzar países del norte, principalmente Estados Unidos.
El estudio, titulado “El Tapón del Darién: la selva donde confluyen las deficientes políticas migratorias de América Latina”, revela que la ausencia de coordinación entre países como Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú, ha dejado a miles de migrantes atrapados en situaciones de vulnerabilidad extrema. Estas personas, provenientes de naciones golpeadas por crisis económicas, persecuciones y catástrofes humanitarias, se ven forzadas a atravesar la selva del Darién, exponiéndose a redes de tráfico de personas y a abusos constantes.
Human Rights Watch subraya que en el último año y medio, más de 700,000 personas han cruzado esta peligrosa región en la frontera entre Colombia y Panamá. Entre estos migrantes se encuentran venezolanos, haitianos, ecuatorianos y ciudadanos de países tan lejanos como Asia y África. En su travesía, los migrantes enfrentan no solo las inclemencias de la naturaleza, sino también violencia física, abusos sexuales y desapariciones, según el informe.
Las comunidades indígenas panameñas, las primeras en recibir a los migrantes, se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, debido al limitado apoyo gubernamental para atender la oleada de personas que atraviesan esta zona. Además, las estaciones de recepción son inadecuadas, con infraestructuras deficientes que agravan los problemas de salud y seguridad para los migrantes en tránsito.
En el caso de Panamá, el informe critica duramente la política de «flujo controlado» del gobierno, que en lugar de ofrecer una solución adecuada para los migrantes y solicitantes de asilo, se ha enfocado en restringir su movilidad y promover su rápida salida hacia Costa Rica. El sistema de asilo panameño está colapsado, con tiempos de espera prolongados y escasos recursos para quienes buscan refugio.
A pesar de la gravedad de la situación, las acciones para proteger a los migrantes en esta área continúan siendo insuficientes. Este año, entre enero y agosto, más de 238,000 personas, incluyendo 50,000 menores de edad, cruzaron el Tapón del Darién. Muchos de ellos han sido víctimas de abusos que, en la mayoría de los casos, no son debidamente judicializados.
Recientemente, el gobierno panameño, con apoyo financiero de Estados Unidos, implementó un plan para repatriar a cientos de migrantes, especialmente aquellos con antecedentes delictivos. Sin embargo, Human Rights Watch insiste en que estos esfuerzos son apenas paliativos, sin atacar el problema de fondo: la falta de coordinación regional y la necesidad de una política migratoria humanitaria y efectiva.