Cumbre de Venezuela: ¿una oportunidad para el diálogo o para darle oxígeno a Maduro?
La Hacienda Presidencial de Hatogrande, ubicada al norte de Bogotá, fue el lugar donde comenzó a desarrollarse la llamada «Cumbre de Venezuela» en la noche del sábado pasado. Esta cumbre fue promovida por el gobierno del presidente Gustavo Petro y con la aprobación de Washington, y se llevará a cabo el próximo martes con la participación de cancilleres de más de 20 países y de la Unión Europea.
Petro había programado su primera reunión con los opositores del régimen en Hatogrande. Aunque estos opositores no lo ven como neutral frente a Maduro, la mayoría cree que de Bogotá saldría una oportunidad de retomar los suspendidos diálogos de México y, sobre todo, de volver a posicionar el tema de la democracia en Venezuela en la parte alta de la agenda internacional.
Las expectativas y la lectura de la realización de la Cumbre no son las mismas en Caracas, Bogotá y Washington. En Casa de Nariño, la cumbre es presentada como una reafirmación de lo que el presidente Petro calificó, tras su visita a su homólogo Joe Biden, como la llegada de Colombia «al centro, en un papel de liderazgo frente a los grandes problemas de la humanidad».
El gobierno Petro pretende tender puentes con una oposición que lo ve con desconfianza, sobre todo por las declaraciones y la actitud del embajador en Caracas, Armando Benedetti.
Estados Unidos y los líderes de la oposición han apoyado la cumbre y la participación estadounidense se daba por descontada. La decisión de Biden de enviar a varios de los hombres fuertes de su política hemisférica a Bogotá puso de relieve el interés que le pone este gobierno demócrata a la resolución de la crisis en el vecino país, al igual que las coincidencias con el nuevo mandatario colombiano.
La delegación estadounidense estará integrada por Jon Finer, asesor adjunto en el Consejo de Seguridad Nacional; Juan González, el asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, y el exsenador Chris Dodd, quien fue nombrado por Biden como asesor especial para las Américas.
De acuerdo con González, su gobierno está muy interesado en que la iniciativa prospere, pues de allí podrían surgir impactos positivos. Cabe destacar que la pregunta que se hacen los representantes de los países que han aceptado la invitación es cómo evitar que Maduro termine recibiendo oxígeno político y económico a cambio de unas nuevas elecciones amañadas.