El Faro, víctima de ataques a la libertad de prensa en El Salvador, se traslada a Costa Rica para continuar su labor periodística

El Faro, víctima de ataques a la libertad de prensa en El Salvador, se traslada a Costa Rica para continuar su labor periodística

Después de 25 años de operar bajo la propiedad de la empresa salvadoreña Trípode, S.A. de C.V., El Faro, uno de los medios de comunicación más importantes de El Salvador, ha anunciado que se cambia de casa. Desde el 1 de abril de 2023, El Faro es administrado por la Fundación Periódica, en San José, Costa Rica. Aunque su redacción seguirá en San Salvador y continuarán haciendo periodismo en El Salvador, la operación administrativa y legal del medio ya no se llevará a cabo en el país.

El cambio es el resultado de una serie de amenazas y ataques a la libertad de prensa en El Salvador. Durante la administración del presidente Nayib Bukele, El Faro y sus empleados han sido objeto de campañas de deslegitimación y difamación originadas en Casa Presidencial. Además, han enfrentado seguimientos físicos y amenazas, espionaje con Pegasus, acoso a anunciantes y difamaciones de funcionarios y diputados del partido oficial.

Además, han sido sometidos a múltiples auditorías del Ministerio de Hacienda, con acusaciones fabricadas a las que siguen respondiendo y apelando en todas las instancias administrativas y judiciales correspondientes. Todo esto ocurre a pesar de que en El Salvador ya no hay división de poderes y el presidente incluso utilizó una cadena nacional de radio y televisión para falsamente acusarlos de lavado de dinero.

En abril de 2022, la Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada también por el régimen, aprobó una ley que amenaza con prisión a quienes publiquen materiales relacionados con pandillas. Esta ley fue vista como un intento de detener las publicaciones de El Faro sobre las negociaciones secretas entre Bukele y los líderes de las tres principales pandillas en el país. En estas negociaciones, el gobierno se comprometió a no extraditarlos hacia Estados Unidos a cambio de que bajaran las tasas de homicidios y apoyaran la elección de diputados de Nuevas Ideas en las legislativas de 2021.

El cambio de El Faro a Costa Rica es un síntoma más de la creciente criminalización del periodismo en Centroamérica, especialmente en países como Guatemala, Honduras y Nicaragua. En Guatemala, una docena de periodistas enfrentan procesos judiciales y el presidente de elPeriódico, un medio que ha denunciado graves casos de corrupción en la actual administración, fue encarcelado, acusado de lavado de dinero en un proceso lleno de irregularidades. En Honduras, la llegada de un nuevo gobierno no ha supuesto grandes cambios para el ejercicio periodístico, y en Nicaragua, la dictadura de Ortega ha cerrado todos los medios de comunicación que le son críticos y hoy es el único país del continente que no cuenta con un periódico impreso.

En resumen, el cambio de El Faro a Costa Rica es un reflejo de la difícil situación que enfrentan los medios de comunicación en Centroamérica, y particularmente en El Salvador, donde la libertad de prensa y el derecho a la información están cada vez más amenazados por la eliminación de contrapesos y la acumulación de poder por parte del gobierno.