Estados Unidos considera reclasificar la marihuana en un nuevo giro en su política de drogas

Estados Unidos considera reclasificar la marihuana en un nuevo giro en su política de drogas

Estados Unidos está en vías de realizar un cambio trascendental en su política sobre la marihuana al considerar reclasificarla como una droga menos peligrosa. Desde 1970, la marihuana ha sido clasificada como una droga de categoría 1 junto con sustancias altamente adictivas y sin uso médico aceptado. Sin embargo, el Departamento de Justicia de EE. UU. está preparado para recomendar que la marihuana sea reclasificada como una droga de categoría 3, similar a sustancias como la ketamina y algunos analgésicos con un nivel de dependencia moderada a baja. Esta propuesta, aunque aún en una etapa inicial, tiene el potencial de desencadenar importantes implicaciones económicas y políticas.

El cambio de clasificación podría fomentar la investigación médica sobre la marihuana y reducir las restricciones regulatorias y fiscales asociadas con su uso. Actualmente, la marihuana ya ha sido legalizada en varios estados para uso recreativo y medicinal, y la mayoría de los estadounidenses apoyan su legalización en cierta medida. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha respaldado esta decisión, instando al Congreso a acabar con la prohibición federal del cannabis y abordar las consecuencias negativas de la guerra contra las drogas.

A pesar de estos avances, queda por verse cómo responderá el Congreso a esta recomendación del Departamento de Justicia y cómo afectará a la política de inmigración, las penas judiciales y otras áreas relacionadas con el uso de la marihuana. Además, el cambio de clasificación podría tener repercusiones en la política de inmigración, ya que anteriormente los agentes de la patrulla fronteriza prohibieron la entrada a Estados Unidos a ciudadanos canadienses que habían consumido marihuana en el pasado. Con el creciente apoyo público a la legalización del cannabis, esta medida podría ser un paso significativo hacia una política más progresista sobre las drogas en Estados Unidos.