
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | abril 23, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | Excanciller de Colombia lanza grave denuncia sobre consumo de drogas del presidente Petro
Las sombras del poder presidencial a través de los ojos de Álvaro Leyva
En una misiva sin precedentes, el exministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva Durán, arremetió con fuerza contra el presidente Gustavo Petro, revelando una serie de episodios íntimos, polémicos y, en muchos casos, preocupantes sobre la gestión presidencial, el entorno del mandatario y su vida personal. La carta, fechada el 23 de abril, ha generado un auténtico terremoto político en la Casa de Nariño y más allá.
Con un tono cargado de decepción y a ratos de dolor personal, Leyva detalló lo que llamó una experiencia «desconcertante» durante su tiempo como canciller. Desde el primer momento, afirma, encontró un ambiente hostil para ejercer su cargo: nunca logró sentarse con el presidente a delinear una política exterior coherente. Las puertas de Palacio le eran cerradas con pretextos. Las audiencias se diluían entre excusas y largas esperas que, según dice, eran orquestadas por Laura Sarabia, entonces jefa de gabinete y hoy ministra de Relaciones Exteriores.
“Ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y de ciertas necesidades personales”, escribió Leyva, en una frase cargada de ambigüedad, que muchos ya analizan como una grave insinuación sobre el poder que Sarabia ejercía —y ejerce— en el círculo íntimo del mandatario.
Sin embargo, lo más explosivo de la carta no tiene que ver con intrigas de palacio, sino con aspectos profundamente personales del jefe de Estado. Leyva relató una alarmante desaparición del presidente en París, ocurrida durante una visita oficial, que dejó en vilo a la delegación diplomática y causó vergüenza ante las autoridades francesas. “Momentos embarazosos para mí como persona y como su canciller”, escribió.
Aquel episodio, confiesa Leyva, le reveló algo que ya sospechaba: “Fue en París donde pude confirmar que usted tenía un problema de drogadicción”. Una afirmación de enorme gravedad, que, de ser cierta, plantea interrogantes delicados sobre la capacidad del presidente para gobernar.
Leyva no se excusa, pero sí se lamenta. “¿Qué podría yo hacer? Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente”, admite, en una suerte de mea culpa que deja entrever la impotencia de un alto funcionario frente a una situación que, según él, ya era conocida en el entorno más cercano del mandatario.
La carta no se limita a cuestiones individuales. También cuestiona la desconexión de Petro con sus ministros, su forma errática de ejercer el poder, las decisiones improvisadas, las compañías dudosas y los compromisos incumplidos. El retrato que emerge es el de un líder aislado, hermético, y quizá en lucha consigo mismo.
Con esta carta, Álvaro Leyva no sólo expone las grietas del poder presidencial: las agranda. La historia está lejos de terminar, y la política colombiana, una vez más, se encuentra en el centro de un huracán.