India lanza ataque sobre territorio paquistaní tras masacre en Cachemira

La tensión entre India y Pakistán se intensifica tras una ofensiva militar india en Cachemira y el norte de Pakistán

En una de las escaladas más graves de los últimos años entre las potencias nucleares del sur de Asia, el gobierno de India confirmó en la madrugada del miércoles que sus fuerzas armadas llevaron a cabo una operación militar contra lo que describieron como “infraestructura terrorista” en territorio paquistaní y en la región de Cachemira bajo administración de Islamabad.

El Ministerio de Defensa de la India declaró que los ataques fueron una respuesta directa al mortífero atentado ocurrido el mes pasado en Pahalgam, en la Cachemira india, donde 26 personas —entre ellas 25 ciudadanos indios y un nepalí— fueron asesinadas en un ataque atribuido a militantes armados. El ataque, que apuntó a un grupo de turistas, ha sido catalogado por Nueva Delhi como uno de los más sangrientos perpetrados contra civiles indios en los últimos años.

«India ha ejercido una considerable moderación tanto en la elección de los objetivos como en la ejecución de esta operación. Las acciones fueron focalizadas, medidas y diseñadas para evitar cualquier escalada», indicó el comunicado oficial. Se subrayó además que ningún objetivo militar paquistaní fue atacado deliberadamente.

De acuerdo con el mismo comunicado, se atacaron nueve ubicaciones específicas. Medios locales y testigos presenciales reportaron múltiples explosiones en la Cachemira bajo control pakistaní. La confirmación por parte del ejército de Pakistán no tardó en llegar: efectivamente, misiles indios impactaron en su territorio.

El portavoz militar paquistaní, Ahmed Sharif Chaudhry, habló con el canal Geo TV y condenó los hechos como una “atroz provocación”, asegurando que Pakistán “responderá en el momento y lugar que considere adecuado”. Según el portavoz, tres personas, entre ellas un niño, perdieron la vida por los ataques, y al menos otras doce resultaron heridas. Los lugares afectados incluyen las localidades de Kotli, Muzaffarabad y Bagh —en la Cachemira administrada por Pakistán—, así como Ahmadpur East y Muridke, en la provincia paquistaní de Punjab.

Fuentes militares de Pakistán informaron a CNN que todos los daños se concentraron en zonas civiles, y que no había evidencia de presencia o actividad de grupos armados en las áreas afectadas. “Sólo civiles inocentes fueron alcanzados”, reiteraron.

La región de Cachemira, disputada históricamente por India y Pakistán, vuelve así a convertirse en un foco de riesgo internacional. Desde la partición del subcontinente en 1947, ambos países han ido a la guerra tres veces por el control de este territorio montañoso, actualmente dividido por la Línea de Control (LoC), una frontera de facto constantemente tensada por escaramuzas y fuego cruzado.

La reciente ofensiva recuerda los incidentes de 2019, cuando aviones indios bombardearon instalaciones en Balakot, dentro de Pakistán, tras otro atentado contra fuerzas indias en Pulwama. En aquella ocasión, las tensiones también llevaron al cierre del espacio aéreo y a un intercambio de prisioneros.

El gobierno del primer ministro Narendra Modi se ha visto presionado internamente para reaccionar con firmeza tras el ataque en Pahalgam. En las semanas recientes, Nueva Delhi tomó una serie de medidas diplomáticas y estratégicas: ordenó el regreso de sus ciudadanos desde Pakistán, cerró un importante paso fronterizo y suspendió su participación en el tratado de distribución de aguas del río Indo, vigente desde 1960.

Islamabad, por su parte, respondió con la expulsión de diplomáticos indios, la suspensión del comercio bilateral y una advertencia clara: cualquier interferencia con el curso del agua será considerada un acto de guerra.

Mientras ambos países refuerzan su presencia militar en la frontera y continúan los intercambios de fuego a lo largo de la LoC, la comunidad internacional observa con creciente preocupación una situación que podría salirse de control en cualquier momento.