La jueza Tanya Chutkan rechazó los esfuerzos del equipo legal de Trump por posponer el juicio hasta 2026

La jueza Tanya Chutkan rechazó los esfuerzos del equipo legal de Trump por posponer el juicio hasta 2026

La jueza federal encargada de supervisar la prosecución del ex presidente Donald Trump por cargos de conspiración para revertir las elecciones de 2020 fijó una fecha de juicio para principios de marzo, desestimando la propuesta de Trump de aplazarlo hasta 2026. La decisión de la jueza Tanya Chutkan de iniciar el juicio el 4 de marzo representó una victoria temprana para los fiscales, quienes habían solicitado el 2 de enero. Sin embargo, esto potencialmente llevó el proceso a un conflicto con los otros tres juicios a los que Trump se enfrenta, resaltando la complejidad extraordinaria de su situación legal y la intersección de los procesamientos con su campaña para regresar a la Casa Blanca.

El fiscal del distrito del condado de Fulton, Georgia, ha propuesto llevar a juicio a Trump por cargos de manipulación de las elecciones en ese estado el 4 de marzo también. Otro caso en Manhattan, en el que se acusa a Trump de más de 30 delitos relacionados con pagos de dinero para acallar a una actriz pornográfica antes de las elecciones de 2016, ha sido programado para ir a juicio el 25 de marzo.Y si el juicio en Washington dura más de 11 semanas, podría chocar con otro juicio federal de Trump, por cargos de retención ilegal de documentos clasificados después de dejar el cargo y por obstruir los esfuerzos del gobierno para recuperarlos. Ese juicio está programado para comenzar en Florida a fines de mayo.

La fecha del 4 de marzo establecida por la jueza Chutkan para el caso de elecciones federales en una audiencia en la Corte del Distrito Federal en Washington es el día antes del «Supermartes», cuando 15 estados tienen programadas primarias o asambleas republicanas.
La jueza Chutkan afirmó que si bien entendía que Trump tenía otras fechas de juicio programadas para el próximo año y al mismo tiempo estaba postulándose para el cargo más alto del país, no permitiría que la intersección entre sus problemas legales y su campaña política obstaculizara la fijación de una fecha.
«Trump, como cualquier acusado, tendrá que hacer que la fecha del juicio funcione independientemente de su agenda», dijo la jueza Chutkan, añadiendo que «hay un interés social en un juicio rápido».

Ahora Trump ha sido acusado cuatro veces por jurados en cuatro lugares: Washington, Nueva York, Atlanta y Florida, y los fiscales han estado compitiendo por posición. Todos están tratando de encontrar tiempo para sus juicios no solo en relación entre sí, sino también en el contexto del apretado calendario de Trump como candidato líder para la nominación presidencial del Partido Republicano en 2024.

Aunque la jueza Chutkan señaló que había hablado con el juez en el caso de Manhattan, seguía siendo incierto cómo los jueces, fiscales y equipos de defensa abordarían el problema de programar cuatro juicios penales el próximo año mientras Trump está en campaña.

El expresidente no ha ocultado en conversaciones con sus colaboradores que le gustaría resolver sus problemas legales únicos y complicados ganando las elecciones. Si alguno de sus dos juicios federales se retrasa hasta después de la campaña y Trump gana, podría buscar indultarse a sí mismo después de asumir el cargo o hacer que su fiscal general deseche por completo los asuntos legales.

En declaraciones desde el estrado, la jueza Chutkan, quien fue nombrada por el presidente Barack Obama, desestimó los argumentos presentados por los abogados de Trump de que necesitaban hasta abril de 2026 para prepararse para el juicio debido a la gran cantidad de pruebas que tendrían que revisar. Ese período extendido, dijo la jueza, estaba «mucho más allá de lo necesario» incluso para prepararse para un juicio de esta magnitud.
Como parte de la audiencia del lunes, John Lauro, abogado de Trump, adelantó parte de su defensa, identificando varias mociones que él y su colega, Todd Blanche, planeaban presentar en nombre de Trump.
Lauro dijo que podría presentar una moción tan pronto como la próxima semana argumentando que Trump era inmune a los cargos, dado que la acusación en su contra abarca un período en el que ejerció como comandante en jefe de la nación.

Lauro también dijo que estaba considerando impugnar los cargos con una moción de persecución selectiva. Esa moción, dijo, argumentaría que la acusación de interferencia en las elecciones de Trump, presentada por un fiscal especial nombrado por la administración de Biden, se había presentado al menos en parte como represalia por la investigación federal de Hunter Biden, hijo del presidente Biden, que comenzó seriamente durante la administración de Trump.

Además, Lauro le dijo a la jueza Chutkan que estaba planeando impugnar cada uno de los tres cargos de conspiración en la acusación presentada contra Trump a principios de este mes por la oficina del fiscal especial, Jack Smith. Esos cargos acusan a Trump de planear defraudar a los Estados Unidos, interrumpir la certificación de las elecciones en una sesión conjunta del Congreso el 6 de enero de 2021 y privar a las personas del derecho a que se cuenten sus votos. «En nuestra opinión, esto es una persecución política», dijo Lauro.

Sin embargo, los problemas en torno al cronograma del juicio tomaron protagonismo en la audiencia de 90 minutos, a la que asistió Smith.
Los fiscales que trabajan para Smith han afirmado en documentos judiciales que el gobierno podría tardar de cuatro a seis semanas en presentar su caso al juez, mientras que los abogados de Trump estiman un tiempo aproximado similar.

Esa programación llevaría el juicio mucho más allá de la fecha del 25 de marzo que el juez Juan M. Merchan ha fijado para el juicio en Manhattan y podría acercarse o incluso superar la fecha del 20 de mayo establecida para el juicio federal de Trump en Florida.
Alvin L. Bragg, el fiscal del distrito de Manhattan, señaló recientemente que estaría dispuesto a revisar la fecha del juicio en el caso de Manhattan modificada, siempre y cuando el juez Merchan estuviera de acuerdo.

Lucian Chalfen, portavoz del sistema judicial de Nueva York, afirmó en un comunicado: «El juez Merchan y la jueza Chutkan hablaron el jueves pasado sobre sus respectivos juicios pendientes. En este momento, no hay nada más que comunicar sobre el caso de las personas del Estado de Nueva York contra Donald J. Trump».
Una portavoz de Bragg se negó a hacer comentarios, al igual que un portavoz de Fani T. Willis, la fiscal del distrito del condado de Fulton, Georgia.
En el caso de las elecciones federales, los abogados de Trump comenzaron a quejarse hace dos semanas sobre la cantidad de pruebas por las que tendrían que pasar como parte del proceso de descubrimiento cuando presentaron por primera vez su solicitud de aplazar el juicio hasta abril de 2026 en documentos judiciales presentados ante la jueza Chutkan.

Lauro repitió esa posición en el tribunal el lunes. Adoptó en ocasiones un tono agresivo al declarar que su cliente merecía un juicio justo «igual que cualquier estadounidense».
«Que un fiscal federal sugiera que podríamos ir a juicio en cuatro meses no solo es absurdo, sino que también es una violación del juramento de justicia», dijo Lauro, añadiendo: «No podemos hacer esto en el plazo que el gobierno ha establecido».

En sus propios documentos judiciales, los fiscales refutaron las protestas de Lauro sobre el abrumador descubrimiento, señalando que gran parte del material estaba disponible públicamente o era conocido por Trump, ya que provenía de su campaña presidencial de 2020 o de comités de acción política asociados con ella.
Molly Gaston, una de las fiscales en el caso, agregó algunos detalles nuevos al retrato de las pruebas del descubrimiento el lunes, señalando que aunque el número total de páginas había llegado a unas 12.8 millones, la defensa podría revisarlo electrónicamente con búsquedas de palabras clave.
Gaston también dijo que el gobierno había creado un archivo de alrededor de 300 documentos clave que servían para anotar la acusación de 45 páginas presentada contra Trump a principios de este mes. «Esencialmente, es un mapa de nuestro caso», dijo.

Uno de los colegas de Gaston, Thomas P. Windom, le dijo a la jueza Chutkan que las pruebas del descubrimiento incluirían «una cantidad limitada» de información clasificada, incluyendo unos cinco a diez documentos sensibles, que suman menos de 100 páginas, y una transcripción de 125 páginas de una entrevista con un testigo durante la cual se discutieron asuntos clasificados.
Windom afirmó, sin embargo, que los fiscales no esperaban presentar ninguno de los materiales clasificados durante el juicio.

En su esfuerzo por persuadir a la jueza Chutkan de avanzar rápidamente hacia el juicio, Gaston le recordó que Trump había atacado repetidamente la «integridad del tribunal y los ciudadanos de D.C.» en las redes sociales de maneras que podrían afectar al jurado del caso.
En una audiencia el mes pasado, la jueza Chutkan advirtió a Trump que no toleraría que utilizara publicaciones en las redes sociales para intimidar a testigos o contaminar a posibles jurados. En los días posteriores a esa advertencia, Trump puso a prueba la determinación de la jueza Chutkan al hacer más publicaciones dudosas.

Durante la audiencia del lunes, la jueza Chutkan buscó calmar al abogado de Trump, Lauro, advirtiéndole dos veces que bajara la «temperatura» cuando estuviera hablando.
En un momento, pareció molesta por la forma en que Lauro, en sus presentaciones sobre el cronograma del juicio, citó el caso Powell v. Alabama, una decisión histórica de la Corte Suprema de 1932 que revocó las condenas de los Scottsboro Boys, nueve jóvenes negros acusados falsamente de violar a una mujer blanca.