REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | octubre 2, 2024En un recrudecimiento de las tensiones en Oriente Medio, Irán lanzó un ataque con 181 misiles balísticos sobre la ciudad israelí de Ashdod. Este incidente, que no resultó en daños significativos gracias a la eficaz intervención del sistema de defensa antiaérea israelí, ha provocado una enérgica promesa de represalia por parte del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien afirmó que «Irán cometió un gran error y pagará por eso.»
Durante una reunión de emergencia con su gabinete, Netanyahu delineó las posibles respuestas a los ataques, subrayando que Israel no permanecerá pasivo ante tales provocaciones. Este aserto refleja un posible cambio en la estrategia israelí hacia un enfoque más agresivo en respuesta a las amenazas iraníes.
El contexto de este ataque es especialmente volátil, dada la reciente muerte de figuras clave de Hezbolá y los continuos enfrentamientos en la frontera con Líbano. Los Guardianes de la Revolución de Irán justificaron los ataques como una represalia a acciones israelíes previas en territorio sirio y el asesinato de líderes aliados. Estos misiles representan el segundo ataque directo significativo de Irán contra Israel en los últimos seis meses, señalando un escalofriante aumento en la frecuencia y la audacia de las operaciones militares de Teherán.
En respuesta, Israel está evaluando tácticas que podrían incluir ataques dirigidos a infraestructuras críticas en Irán, en particular instalaciones nucleares y militares. Este enfoque se alinea con la determinación mostrada por Netanyahu en su discurso, marcando un potencial punto de inflexión en cómo Israel maneja sus defensas contra Irán.
Internacionalmente, la situación ha atraído la atención de grandes potencias, incluyendo a Estados Unidos, que ha expresado su apoyo a Israel movilizando recursos militares adicionales en la región. Este apoyo se manifiesta en la presencia reforzada de destructores estadounidenses en el Mediterráneo oriental, capaces de interceptar ataques aéreos, subrayando la seriedad con la que Washington toma la amenaza iraní.
A medida que se desarrolla esta situación, el mundo observa atentamente la posible escalada de un conflicto que podría tener implicaciones profundas no solo para los actores regionales sino para la estabilidad global.