REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | marzo 27, 2024¿Quiénes son los islamistas tras el ataque sanguinario a un teatro en Moscú?
El presidente ruso, Vladimir Putin, recién reelegido para un tercer mandato de seis años, había optado por el silencio tras el ataque a la sala de conciertos Crocus City de Moscú, que incluyó ametrallamientos indiscriminados y decapitaciones entre los asistentes al concierto de rock. Su intención era inicialmente vincular al gobierno ucraniano y a sus aliados occidentales con los eventos, sin embargo, al final apenas pudo insinuar que los perpetradores buscaban escapar hacia Ucrania.
Culpar a ese país era la opción fácil para mantener la cohesión de la opinión pública y desviar el debate sobre las serias deficiencias de los servicios de inteligencia del Kremlin, los cuales menospreciaron los riesgos del terrorismo islamista apenas unas horas antes del atentado. De hecho, días antes del ataque, la embajada de Estados Unidos en Moscú había compartido con el gobierno ruso información detallada, obtenida por los servicios de inteligencia de Washington, sobre la inminencia de un importante ataque terrorista.
Ni una palabra sobre el Estado Islámico (Isis), ni mucho menos sobre su brazo Isis-K, que actúa desde hace varios años en Afganistán, Pakistán, Irán, India y Rusia, y que cuenta con miles de seguidores en la exrepública soviética de Tayikistán, en Asia central.
En diversos comunicados, Isis-K ha atacado a Putin por la represión contra los islamistas en Chechenia y otras regiones del Cáucaso.
Además, en septiembre de 2022, reivindicó un atentado contra la embajada de Rusia en Kabul, que dejó seis muertos, entre ellos dos funcionarios consulares rusos.
ISIS-K (Estado Islámico de Irak y el Levante – Jorasán) es una organización terrorista que ha expandido significativamente su influencia más allá del Medio Oriente, donde inició sus acciones hace dos décadas bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi, un terrorista iraquí con formación en las filas de Al-Qaeda, el grupo responsable del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York en 2001.
Como lo recordó Cyril Gelibter, doctor en historia de la diplomacia y experto en la seguridad rusa, en declaraciones al diario parisino Le Figaro, “en su discurso en el colegio del FSB (ente que sucedió a la KGB), el 19 de marzo (tres días antes del ataque), Putin no mencionó la amenaza terrorista salvo para relacionarla con la guerra de Ucrania y los servicios secretos occidentales”.









