Trump y Putin se reúnen en Alaska para intentar definir el futuro de la guerra en Ucrania

En un encuentro que podría redefinir el rumbo de la guerra en Europa, Donald Trump y Vladimir Putin se reúnen hoy en la base militar Elmendorf-Richardson con el objetivo de explorar un camino hacia la paz en Ucrania. La cumbre, seguida de cerca por las principales potencias, representa la primera ocasión en la que el presidente de Rusia abandona Moscú desde el inicio de la invasión de 2022.

Trump adelantó que su evaluación del encuentro será inmediata: “En los primeros dos, tres, cuatro o cinco minutos sabré si vamos a tener una buena o mala reunión. Si es mala, terminará muy rápido; si es buena, lograremos la paz en un futuro cercano”.

El mandatario estadounidense planea, en caso de un resultado positivo, convocar al presidente ucraniano Volodímir Zelensky para una cumbre tripartita con Putin que siente las bases de un armisticio final. Sin embargo, el principal obstáculo sigue siendo la exigencia de Moscú de que Ucrania ceda la soberanía de Donetsk, Luhansk, Jersón, Zaporiyia y Crimea, una condición que Kiev, la Unión Europea y el propio Trump han rechazado.

Fuentes diplomáticas señalan que Washington y sus aliados —Emmanuel Macron (Francia), Friedrich Merz (Alemania), Giorgia Meloni (Italia) y Keir Starmer (Reino Unido)— han coincidido en que cualquier concesión territorial no debe interpretarse como un “botín de guerra” para el Kremlin.

Putin llega acompañado de un equipo de alto nivel encabezado por su canciller, Serguéi Lavrov; el ministro de Defensa, Andréi Beloúsov; el ministro de Finanzas, Antón Siluánov; y el enviado especial Kiril Dmitriev, clave en las estrategias para contrarrestar las sanciones económicas. La composición de la delegación sugiere que Moscú no solo busca una tregua militar, sino también un levantamiento parcial de las sanciones.

Trump, por su parte, estará flanqueado por el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el enviado especial Steve Witkoff y posiblemente el vicepresidente JD Vance. La Casa Blanca ha calificado la cita como una oportunidad “histórica” y el propio Trump no ha ocultado su ambición de ser visto como un mediador global digno del Premio Nobel de la Paz.

Mientras Anchorage amanecía con manifestaciones pacifistas y carteles de apoyo a Ucrania colocados por exiliados ucranianos, el reloj contaba las horas para un encuentro que podría abrir, o cerrar definitivamente, la puerta a la paz en Europa del Este.