Maduro amenaza a María Corina por viaje al Nobel

El régimen de Nicolás Maduro elevó este jueves el tono contra la líder opositora venezolana y Premio Nobel de la Paz 2025, María Corina Machado, luego de que el fiscal general chavista, Tarek William Saab, advirtiera que será considerada “prófuga de la justicia” si abandona Venezuela para viajar a Oslo, donde está previsto que reciba el galardón el 10 de diciembre.

La amenaza se produjo después de que Machado, actualmente en la clandestinidad, confirmara que permanece en territorio venezolano, aunque reiteró su intención de acudir a la ceremonia en Noruega. Su posible salida del país ha generado un respaldo internacional creciente: varios mandatarios latinoamericanos han anunciado que la acompañarán en Oslo como muestra de solidaridad.

En declaraciones a la agencia AFP, Saab aseguró que Machado enfrenta “numerosas investigaciones penales” y que, en consecuencia, si sale del país quedaría automáticamente en condición de fugitiva. El funcionario del régimen la acusa de delitos como conspiración, instigación al odio, terrorismo y de promover una supuesta “invasión” extranjera por expresar apoyo al despliegue militar estadounidense en el Caribe.

El fiscal también afirmó que “más de 100 mercenarios” están siendo procesados por el Ministerio Público y los vinculó a planes contra Maduro supuestamente dirigidos por la CIA. Sostuvo que los detenidos provienen de más de 30 países y que todos estarían relacionados con operaciones de inteligencia estadounidenses. La dictadura venezolana ya había anunciado hace un mes el arresto de presuntos colaboradores de esa agencia.

Las declaraciones de Saab se producen en un momento de máxima tensión entre Caracas y Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó recientemente que Maduro “tiene los días contados” y autorizó operaciones clandestinas de la CIA en Venezuela, además de movilizar un portaaviones y unidades militares hacia la región en el marco de operativos contra el narcotráfico.

Dos días antes de la amenaza del régimen, María Corina Machado publicó un video y un documento titulado Manifiesto de Libertad, difundido desde “algún lugar de Venezuela”. En él llamó a los ciudadanos a enfrentar lo que calificó como una “tiranía” y aseguró que el país se encuentra en el umbral de una nueva etapa política.

“El pueblo hablará sin miedo a ser perseguido, a censura o a represión”, afirmó en su mensaje. Sostuvo que Venezuela vive bajo “un largo y violento abuso de poder”, al que describió como una “oscura era de opresión”. Sin embargo, aseguró que ese periodo está cerca de terminar: “Una nueva Venezuela emerge de las cenizas, renovada en espíritu y unida en un propósito, como un ave Fénix”.

Machado defendió la propiedad privada, el libre mercado y la creación individual como pilares para la reconstrucción económica. Prometió condiciones para que la economía venezolana “triplique su tamaño en una década” y afirmó que áreas como petróleo, gas, tecnología, agroindustria, turismo y minería deben convertirse en motores del desarrollo nacional.

También reivindicó la libertad de expresión como eje central de la recuperación democrática: “El derecho a decir la verdad es la piedra angular de toda libertad. Cuando las voces son silenciadas, la corrupción se arraiga y la justicia desaparece”.

La advertencia del régimen llega mientras la oposición denuncia una intensificación de la persecución política. Tras las declaraciones de Saab, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares al excandidato presidencial Enrique Márquez, otro líder opositor presuntamente perseguido por el chavismo.

Machado, por su parte, ha insistido en que su salida temporal del país para recibir el Nobel no constituye un abandono de su lucha política. Asegura que regresaría de inmediato y que el reconocimiento internacional simboliza el respaldo global a las aspiraciones democráticas de Venezuela.

El 10 de diciembre, la ceremonia en Oslo podría convertirse en un nuevo escenario de presión internacional contra Maduro. Para el régimen, sin embargo, el viaje de Machado —y el apoyo de mandatarios extranjeros— representa una amenaza política directa, razón por la cual insiste en tratarla como una figura bajo investigación penal.

La tensión aumenta mientras Venezuela se acerca a una nueva fase de incertidumbre política, con una oposición fortalecida por el reconocimiento mundial y un régimen que redobla las amenazas en un intento por evitar nuevas derrotas en el plano internacional.