REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | septiembre 24, 2024El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha presentado una propuesta que busca prohibir la comercialización de automóviles fabricados con tecnología vinculada a China y Rusia, con el objetivo de proteger la seguridad nacional. Esta medida afectaría principalmente a los vehículos conectados, aquellos que intercambian datos con infraestructuras o servicios del fabricante, y a los vehículos autónomos que operan sin conductor.
La propuesta, anunciada el 23 de septiembre, abre un período de 30 días para que el público y las empresas automotrices presenten comentarios y sugerencias. Se espera que la normativa entre en vigor antes del 20 de enero de 2025, cuando Biden deje el cargo, con la intención de bloquear el acceso de empresas chinas y rusas al mercado estadounidense.
El principal motivo detrás de esta regulación es el temor a que estas tecnologías extranjeras puedan ser utilizadas para acceder a información privada de los conductores y de infraestructuras críticas en Estados Unidos, como carreteras y sistemas de transporte. En una conferencia de prensa, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, destacó los peligros de los módulos Bluetooth, celulares y wifi integrados en los vehículos modernos, ya que podrían ser vulnerables a ciberataques.
Actualmente, la mayoría de los autos que circulan en Estados Unidos, ya sean a gasolina o eléctricos, se consideran vehículos conectados. Estos coches están equipados con hardware que les permite interactuar con internet y con otros dispositivos externos, lo que supone una posible amenaza si dichas conexiones son controladas desde el extranjero.
La normativa propuesta surge de una investigación solicitada por Biden en febrero al Departamento de Comercio, inicialmente centrada en China, pero que posteriormente incluyó a Rusia. Las conclusiones indican que las tecnologías de ambos países suponen un riesgo para la seguridad nacional, ya que podrían comprometer tanto a las infraestructuras como a los datos personales de los usuarios, revelando información como sus direcciones o destinos frecuentes.
Además de la prohibición de importación y venta de vehículos con tecnología china o rusa, la medida contempla un periodo de adaptación para los fabricantes, siendo las restricciones sobre software efectivas en 2027, y las restricciones sobre hardware en 2029. Quedan exentos de esta regulación los vehículos que no transitan por vías públicas, como los destinados a labores agrícolas o mineras.
Este movimiento busca anticiparse a la creciente presencia de autos chinos y rusos en el mercado estadounidense, siguiendo el ejemplo de Europa, donde la falta de regulación temprana ha llevado a un aumento significativo de vehículos chinos en circulación.