Colombia rinde honores a Miguel Uribe Turbay entre llamados a la paz y justicia

Bogotá vivió este miércoles una jornada marcada por la solemnidad y la tensión. En la Catedral Primada, bajo el eco de campanas y rezos, se celebró la misa fúnebre del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, fallecido el pasado lunes a los 39 años, tras 64 días de agonía por las heridas sufridas en un atentado durante su campaña rumbo a las elecciones de 2026.

La ceremonia, congregó a los expresidentes César Gaviria, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos, además de la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez. La familia del dirigente del Centro Democrático pidió expresamente que no hubiera representación del gobierno ni la presencia del presidente Gustavo Petro.

La ausencia oficial contrastó con la presencia de una delegación estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado Christopher Landau, el senador republicano Bernie Moreno y el jefe de la misión diplomática en Bogotá, John T. McNamara.

Durante su homilía, el cardenal Rueda alertó sobre “el empobrecimiento ético y la polarización agresiva” que, dijo, “arruinan al país”. Llamó a sembrar “semillas de paz y esperanza” y soñó con un futuro en el que “Colombia despierte con la noticia del triunfo de la justicia y la paz”.

En las afueras, la Plaza de Bolívar se convirtió en un escenario de protesta. Simpatizantes del senador asesinado clamaron por justicia y responsabilizaron directamente al presidente Petro con gritos como: “Miguel no murió, Petro lo mató” y “El pueblo unido jamás será vencido”.

María Claudia Tarazona despide a Miguel Uribe Turbay

En el silencio solemne de la Catedral Primada de Bogotá, las palabras de María Claudia Tarazona rompieron la quietud. Frente al féretro de su esposo, el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, la viuda dejó un testimonio cargado de amor, admiración y compromiso.

“Tu disciplina, tu fortaleza, tu templanza, tu determinación son inigualables”, expresó con voz firme, recordando la entrega inquebrantable con la que Uribe trabajó por “construir un país mejor”. Tarazona no dudó en afirmar que “como Miguel Uribe no hay otro político ni ser humano” y lamentó que Colombia “se priva de un ser humano excepcional” que, aseguró, “hubiera cambiado la historia del país para siempre”.

En un tono más íntimo, habló de la familia que juntos forjaron. “Te voy a amar cada día de mi vida hasta que llegue mi momento de encontrarme contigo en el cielo. Cumpliré mi promesa de darle a Alejandro y a las niñas una vida llena de felicidad, sin odio y sin rencores, solo así se puede vivir como tú quisieras que lo hiciéramos”.

El homenaje cerró con un agradecimiento profundo: “Esposo mío, mi vida entera, amor lindo; gracias por tu vida, por tu amor y por tu sacrificio por Colombia. Te amaré por el resto de mi vida”.

Entre los muros centenarios de la Catedral, sus palabras quedaron flotando como un juramento eterno, mientras el país despedía a una de sus figuras políticas más relevantes de los últimos años.

Finalmente, el féretro de Uribe Turbay fue trasladado al Cementerio Central, donde recibió honores militares, cerrando un día que mezcló duelo, reclamo y un mensaje de que la política colombiana entra en un nuevo capítulo marcado por la pérdida de una figura clave de la oposición.