De la crisis a las urnas: los cinco candidatos que buscan gobernar Canadá

Mark Carney lidera unas elecciones históricas en Canadá

Este lunes, Canadá vive una de las elecciones federales más tensas de su historia reciente, no solo por la reñida contienda entre los principales partidos, sino por la sombra que proyecta el presidente estadounidense Donald Trump con sus amenazas veladas de integración forzada del país vecino.

En Canadá, los ciudadanos no eligen directamente al primer ministro, sino a los diputados que conforman el Parlamento. El líder del partido que obtenga la mayoría de escaños será invitado a formar gobierno. Y en esta ocasión, todas las miradas están puestas en Mark Carney, el actual primer ministro y líder del Partido Liberal.

Carney, de 60 años, llegó al poder de manera inesperada tras la abrupta salida de Justin Trudeau en enero, cuando los liberales parecían destinados a una derrota histórica. Con más de 20 puntos de desventaja frente a los conservadores en aquel entonces, la situación cambió radicalmente tras la llegada de Carney y el endurecimiento del discurso de Trump hacia Canadá.

Experto en navegar crisis económicas —fue gobernador del Banco de Canadá durante la crisis financiera de 2008 y más tarde del Banco de Inglaterra en tiempos del Brexit—, Carney ha enfocado su campaña en una idea clara: su experiencia es el principal escudo de Canadá frente a la amenaza económica y política que representa Trump.

«Este no es un momento para improvisar», ha repetido Carney en debates y actos públicos. «Yo he gestionado crisis. Sé cómo defender a nuestro país de quienes buscan quebrarlo para someterlo».

En contraste, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador y su principal oponente, se ha esforzado por retomar la narrativa interna, centrando su campaña en el malestar de los canadienses por el aumento del costo de vida durante la era Trudeau. Poilievre, de 45 años y con dos décadas de carrera parlamentaria, ha tenido dificultades para convencer a los votantes moderados, en parte debido a su estilo confrontativo y a la creciente percepción de que carece de un plan concreto para resistir las presiones de Trump.

Mientras tanto, otros líderes buscan su espacio en un escenario electoral complejo. Yves-François Blanchet, del Bloque Quebequés, ha apostado por el orgullo provincial y la defensa del francés; Jagmeet Singh, del Nuevo Partido Democrático, propone un enfoque social centrado en la juventud y los trabajadores precarios; y Jonathan Pedneault, joven colíder del Partido Verde, impulsa una agenda de justicia social y acción climática.

Aunque las encuestas favorecen a los liberales, la distancia con los conservadores se ha reducido peligrosamente en los últimos días. Según la cadena pública CBC, la ventaja de Carney se estrechó a apenas cuatro puntos (42% frente a 38%) en vísperas de las elecciones.

La participación anticipada ya marca récords, con 7,3 millones de canadienses que emitieron su voto durante el fin de semana de Pascua, un aumento del 25% respecto a las elecciones de 2021, señal de la alta tensión política que se respira en el país.

El resultado de esta contienda podría conocerse apenas unas horas después del cierre de urnas, pero lo que está claro es que, gane quien gane, Canadá enfrenta uno de los mayores desafíos de su historia moderna: resistir la ofensiva de un vecino más poderoso que nunca.