Directora del Servicio Secreto promete cambios tras calificar atentado a Trump como el peor error en décadas

Directora del Servicio Secreto promete cambios tras calificar atentado a Trump como el peor error en décadas

Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, compareció este lunes ante una comisión de la Cámara de Representantes para abordar el reciente atentado contra el candidato presidencial Donald Trump. Cheatle reconoció que el intento de asesinato del pasado 13 de julio representa «el fracaso operativo más grande e importante del Servicio Secreto en décadas».

En su intervención ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, Cheatle expresó sus condolencias a las víctimas del ataque, que incluyó la muerte del exbombero Corey Comperatore y varios heridos, entre ellos James Copenhaver y el propio Trump, quien recibió un disparo en la parte superior de la oreja derecha.

Cheatle se comprometió a hacer todo lo posible para evitar que se repita un incidente similar. «Moveré cielo y tierra para que algo así no vuelva a suceder», afirmó. A pesar de las evasivas en algunas respuestas clave sobre el incidente, defendió la rápida actuación de los agentes que protegieron a Trump y neutralizaron al atacante, Thomas Crook.

La directora también aclaró que el Servicio Secreto no rechazó ninguna solicitud de recursos adicionales por parte de la campaña de Trump para el acto en Butler, Pensilvania, y que el edificio desde donde se realizaron los disparos estaba fuera del perímetro de seguridad establecido.

Durante la sesión, Cheatle reveló que el atacante fue identificado como «sospechoso» pero no como una «amenaza», lo que generó cuestionamientos sobre la decisión de permitir la realización del mitin. Cheatle aseguró que si se hubiera identificado una amenaza real, el Servicio Secreto no habría permitido que Trump subiera al escenario.

La bancada republicana cuestionó la investigación en curso y la confianza en el FBI. James Comer, presidente de la Comisión de Supervisión, pidió la dimisión de Cheatle, argumentando que el intento de asesinato del 13 de julio es uno de los días más oscuros de la historia política estadounidense.

Cheatle defendió su posición como directora del Servicio Secreto, destacando sus 27 años de servicio y su compromiso con la agencia. Además, resaltó la labor de las mujeres en el Servicio Secreto, en respuesta a las dudas planteadas por medios conservadores sobre la capacidad de las mujeres en la agencia.

Cheatle concluyó su comparecencia afirmando su compromiso con la seguridad y la integridad del Servicio Secreto, asegurando que cuenta con «las mejores y más brillantes» personas en cada puesto.