¡Doble alerta sanitaria! Panamá acorralada por el Dengue y al borde de un brote de Fiebre Amarilla

La República de Panamá enfrenta una peligrosa convergencia de amenazas de salud pública. Mientras la nación libra una batalla intensa contra un brote de dengue que rompe récords, la reciente alerta regional por un caso de Fiebre Amarilla (FA) en Costa Rica nos recuerda que estamos al borde de una catástrofe epidemiológica mucho mayor.

Panamá tiene las condiciones para un brote de fiebre amarilla: vectores urbanos y selváticos activos y el mono aullador como reservorio. Un solo caso bastaría para declarar emergencia sanitaria.

La Crisis del Dengue en Cifras: Un Fracaso en el Control Vectorial

La incapacidad para controlar al mosquito Aedes aegypti es la base de nuestra actual crisis. El dengue, transmitido por este vector, ha escalado de manera preocupante, evidenciando fallas persistentes en la prevención comunitaria y la operatividad estatal.

Dengue: Una tendencia histórica alarmante

• 2025 al corte de la SE 39: El país acumuló 12,475 casos y 17 defunciones, con las regiones Metropolitana (3,764) y San Miguelito (2,264) como las más afectadas. Aunque la cifra de casos a la fecha es menor que la del año anterior, la circulación viral sigue siendo intensa y la amenaza letal persiste.
• Serotipos Circulantes: En Panamá circulan simultáneamente los cuatro serotipos del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4) pero con predominancia del DENV3 en las últimas 20 semanas.

• Riesgo de Dengue Grave: La coexistencia de los cuatro serotipos aumenta exponencialmente el riesgo de Dengue Grave (DG). Una persona que ha sido infectada previamente por un serotipo y contrae uno diferente (infección secundaria) tiene una probabilidad significativamente mayor de desarrollar la forma grave y fatal de la enfermedad, caracterizada por shock hipovolémico, hemorragias severas o daño orgánico.

La Amenaza inminente: Re-emergencia de la Fiebre Amarilla

La reintroducción de la Fiebre Amarilla (FA) en Panamá es un riesgo latente, impulsado por una grave alerta regional y la fallida gestión del vector doméstico.

Fiebre Amarilla en las Américas: Expansión y alta letalidad

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta epidemiológica. En lo que va de 2025, la región ha reportado un aumento alarmante, con más de 200 casos humanos confirmados y una letalidad que ronda el 41% en países como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.

Lo más preocupante es la expansión geográfica: la FA está saliendo de su zona endémica amazónica hacia áreas periurbanas y montañosas, acercándose peligrosamente a Centroamérica. Panamá, al limitar con el foco selvático de Suramérica, enfrenta un riesgo de propagación considerado alto por la OPS.

El Peligro patente en Panamá

Panamá tiene activados los ciclos de transmisión de la FA:

1.  Ciclo Selvático (Mantenimiento): El virus circula naturalmente entre los monos aulladores (Alouatta palliata) y los mosquitos de la selva (Haemagogus y Sabethes). La presencia del virus es un hecho constante en estas zonas.

2.  Ciclo Urbano (Ampliación): El mosquito Aedes aegypti, que actualmente está en alta densidad y fuera de control por la epidemia de dengue, es el vector urbano de la FA.

Si un ser humano no vacunado se infecta en la selva (Ciclo Selvático) y regresa a un área urbana con alta infestación de Aedes, este mosquito doméstico puede infectarse y comenzar la transmisión de persona a persona, desatando una epidemia urbana devastadora.

El precedente histórico es claro: Panamá sufrió su última epidemia de fiebre amarilla selvática en 1974 (Bayano) y urbana en 1905, demostrando la vulnerabilidad del país cuando el virus encuentra condiciones para circular.

La Respuesta requerida: Emergencia sanitaria y corresponsabilidad

Ante la fragilidad de nuestro sistema de control vectorial y el peligro que representa la FA, la única respuesta prudente es una acción urgente y coordinada.

1. El Rol de la Comunidad y los Gobiernos Locales

La lucha comienza en la base:

• Eliminación de criaderos: Mas allá de eliminar, la consigna debe ser NO producir criaderos. Es fundamental la colaboración comunitaria con el Estado para eliminar de forma masiva y permanente los criaderos  del Aedes aegypti en viviendas y alrededores.
• Prevención y promoción: Los gobiernos locales, la sociedad civil y la población en general deben unirse para impulsar estrategias de promoción y prevención sostenidas.

2. La Responsabilidad del gremio médico

La detección temprana salva vidas:

• Actualización constante: Los médicos deben estar actualizados y concientizados sobre la sintomatología, diagnóstico y manejo adecuado del dengue grave, pero también deben incluir la vigilancia y sospecha de Fiebre Amarilla. Un diagnóstico tardío en FA, con una letalidad cercana al 41% en la región, es fatal.
• Abordaje oportuno: La identificación de signos de alarma en los pacientes y el seguimiento clínico y laboratorial son esenciales para evitar que los casos agraven y mueran.

La situación es clara: estamos lidiando con una epidemia de dengue mientras una amenaza histórica y letal, la Fiebre Amarilla, nos acecha desde la selva y las fronteras. De no controlar al Aedes y de confirmarse un caso de FA, Panamá se vería forzada a una emergencia sanitaria con consecuencias incalculables. La unidad, la conciencia y la acción inmediata son la única vacuna contra este doble flagelo.

El médico epidemiólogo. Jefe del Programa de Salud de Adultos-MINSA. Director médico MiniMed Corp.