
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | diciembre 16, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | E.U. intensifica presión sobre Venezuela con sobrevuelos militares e incautación de crudo
En los últimos días se ha intensificado la atención sobre el sobrevuelo de aeronaves militares estadounidenses en las proximidades de las costas venezolanas, así como sobre la reciente incautación de un buque petrolero en el Caribe. Ambos hechos han generado un amplio debate acerca de una posible violación del espacio aéreo venezolano y de la limitada respuesta de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), que hasta ahora se ha restringido a pronunciamientos oficiales de carácter político y diplomático.
La reacción del Gobierno de Nicolás Maduro frente a estas acciones ha sido, principalmente, de denuncia internacional. Tanto en el caso de los sobrevuelos como en el decomiso del tanquero, Miraflores ha optado por elevar protestas en instancias multilaterales, sin adoptar medidas de carácter militar.
El teniente coronel retirado de la Aviación venezolana, Guillermo Beltrán Vielma, sostiene que Washington actúa en un delicado equilibrio entre la provocación y la medición de la capacidad de respuesta de la Fanb y de su sistema de defensa antiaérea. A su juicio, la administración de Maduro oscila entre una estrategia de victimización ante la comunidad internacional y la cautela de no “pisar el peine” que pueda detonar una escalada armada de consecuencias imprevisibles.
Disuasión y labores de inteligencia
Beltrán Vielma explica que los vuelos cercanos a territorio venezolano responden, en primer término, a una estrategia de disuasión. Según su análisis, Estados Unidos “toca la puerta” del adversario y se repliega, mientras evalúa el impacto político y operativo de una acción más directa, considerando que las acusaciones de narcotráfico formuladas por Washington apuntan directamente al propio gobierno venezolano.
“El acercamiento de las aeronaves obedece a puntos operativos específicos. El primero es la disuasión: llegar hasta el umbral y retirarse. No necesariamente se viola el espacio aéreo, ya que este se extiende desde las doce millas náuticas de la línea costera —aproximadamente 20 kilómetros— correspondientes al mar territorial. Más allá se encuentra la zona adyacente, donde el sobrevuelo no implica, per se, una violación”, señaló el militar retirado, consultado por Efecto Cocuyo.
Desde su experiencia, el exoficial afirma que las aeronaves estadounidenses no han ingresado formalmente al espacio aéreo venezolano, aunque no descarta que ataques en tierra puedan producirse en cualquier momento. Recuerda, además, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado que se preparan incursiones contra objetivos vinculados al narcotráfico, sin precisar países ni localizaciones, y subrayando que no se trataría exclusivamente de Venezuela.
“Se aproximan como quien toca el timbre, pero no entra al porche. Por ahora realizan labores de inteligencia electrónica: recogen información de todo el espectro electromagnético y almacenan ubicaciones estratégicas ante una eventual operación posterior. Están midiendo capacidades. La Fuerza Aérea Venezolana no responde ni reacciona, y carece de medios efectivos para interceptar estas aeronaves. No llega hasta donde están, lo que evidencia una clara incapacidad operativa”, afirmó Beltrán Vielma.
Pronunciamientos oficiales y debate jurídico
El pasado 9 de diciembre, plataformas de seguimiento aéreo como Flightradar24 registraron el ingreso de dos cazas F-18 Super Hornet y un avión de guerra electrónica EA-18G Growler de Estados Unidos en el espacio aéreo del Golfo de Venezuela, una zona que el gobierno de Maduro considera aguas interiores, al sur del paralelo de Castilletes, entre los estados Zulia y Falcón.
El 15 de diciembre, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, calificó el hecho como un “intento de intimidación”, sin afirmar de manera explícita que se hubiese producido una violación del espacio aéreo. “Tenemos la capacidad para reaccionar y defender nuestro espacio aéreo. No se equivoquen ni continúen con operaciones psicológicas que no aceptamos en absoluto”, declaró.
No obstante, el Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri) sostuvo, en un comunicado fechado el 13 de diciembre, que sí se produjo una violación del espacio aéreo venezolano. El organismo recordó que el Golfo de Venezuela es una bahía histórica sobre la cual el país ha ejercido soberanía de forma pacífica, continua y pública. Asimismo, citó el Acuerdo de Cooperación Militar, Naval y Aérea suscrito entre Estados Unidos y Venezuela el 14 de enero de 1942, mediante el cual el Estado venezolano asumió la vigilancia marítima y aérea del Golfo hasta la línea de cierre entre Punta Espada y Cabo San Román.
Desde la sociedad civil, el Covri advirtió que la incursión aérea unilateral no podrá ser invocada en el futuro en detrimento de los derechos soberanos de Venezuela sobre el Golfo y su espacio aéreo.
Previamente, el internacionalista Víctor Mijares alertó en la red social X que el sobrevuelo estadounidense trató al Golfo como aguas internacionales y no interiores. A su juicio, la ausencia de una respuesta militar o de una protesta diplomática formal podría interpretarse como aquiescencia, debilitando el argumento histórico venezolano y favoreciendo la posición de Colombia.
Medición de capacidades
Para Beltrán Vielma, las operaciones aéreas constituyen un “termómetro” mediante el cual Estados Unidos evalúa si Venezuela activa radares, despliega aeronaves, lanza misiles o adopta cualquier otra acción más allá de la simple observación. En ese contexto, cuestionó que el propio ministro de la Defensa utilice aplicaciones civiles como Flightradar24 para referirse a estos incidentes, lo que, a su juicio, evidencia debilidades institucionales.
El exoficial advirtió que, de superarse la fase de disuasión y entrenamiento, las aeronaves estadounidenses podrían pasar a misiones de ataque, escolta o apoyo aéreo directo. “Se trata de una escalada progresiva de presión, mientras se apuesta a un quiebre interno. La Fanb carece de capacidad aeronaval para responder a Estados Unidos. Durante dos décadas, el chavismo ha deteriorado la institución militar y no ha invertido de manera adecuada en seguridad y defensa. Su capacidad se limita, fundamentalmente, a la represión interna”, afirmó.
El 13 de diciembre, plataformas de seguimiento aéreo volvieron a registrar la presencia de aeronaves estadounidenses cerca de las costas venezolanas, en esta ocasión dos F/A-18E/F Super Hornet en las proximidades de Falcón, así como dos EA-18G Growler operando en espacio aéreo internacional al norte de Venezuela.
El analista de seguridad y defensa Andrei Serbin Pont consideró que se trató de un evento deliberado de guerra electrónica, orientado a probar sistemas de señales aeronáuticas, incluidos los de seguimiento civil. A su juicio, no se produjo una incursión efectiva del espacio aéreo con los cazas Hornet. Serbin Pont ha reiterado que, en una operación militar real, las aeronaves ni siquiera serían detectables por radares convencionales, lo que incrementa el nivel de amenaza potencial.
Incautación de crudo y escalada política
Beltrán Vielma tampoco descarta que la salida del país de María Corina Machado, con el objetivo de evitar su uso como rehén político, pueda acelerar una escalada de tensiones militares entre Venezuela y Estados Unidos.
En ese contexto, el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, declaró el 15 de diciembre que, ante un eventual ataque armado estadounidense, “el pueblo ya sabe cómo organizarse”, en referencia a la denominada “guerra de resistencia” promovida por el oficialismo.
El 10 de diciembre se conoció la incautación de un buque cargado con crudo venezolano en el Caribe por parte del ejército estadounidense, en el marco de operaciones antidrogas. Washington argumentó que el cargamento violaba sanciones internacionales y estaba destinado a financiar organizaciones terroristas. El presidente Trump calificó el decomiso como “muy importante” y advirtió que continuarán acciones similares.
Miraflores denunció lo ocurrido como un “robo descarado” y anunció que presentará el caso ante la Organización Marítima Internacional. Adicionalmente, el Gobierno venezolano dio por extinguido el acuerdo gasífero con Trinidad y Tobago, al acusar a ese país de complicidad en la incautación y de servir como base para una supuesta agresión militar estadounidense.
Padrino López respaldó la denuncia y afirmó que la Fanb toma en cuenta lo que calificó como una pretensión de apropiación de los recursos naturales venezolanos, reiterando que el país no se rendirá.
“Estados Unidos está provocando para inducir a Maduro a cometer un error que encienda la chispa del conflicto. Washington sostiene su accionar en la tesis de que Venezuela es un narcoestado, designación que, bajo el Título 50, le permitiría aprobar cualquier medida que considere necesaria para defender a sus ciudadanos y a su país del narcotráfico”, concluyó Beltrán Vielma.






