El Vaticano convoca el cónclave para elegir al nuevo Papa el 7 de mayo

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El mundo católico se prepara para un nuevo capítulo en su historia. El Vaticano ha anunciado oficialmente que el cónclave para elegir al 267º Papa comenzará el próximo 7 de mayo, una vez concluidos los tradicionales nueve días de misas fúnebres (las novemdiales) en memoria del fallecido Papa Francisco, cuya muerte marcó el fin de una era.

La decisión fue tomada este lunes por la mañana durante la quinta Congregación General, en la que participaron alrededor de 180 cardenales ya presentes en Roma, de los cuales más de 100 son electores con derecho a voto, todos menores de 80 años.

Como dicta la tradición, la elección del nuevo Pontífice se desarrollará en estricto secreto dentro de la Capilla Sixtina, la misma que guarda los frescos inmortales de Miguel Ángel y que será cerrada a los visitantes durante el tiempo que dure el proceso. Previamente, los cardenales participarán en una solemne misa “Pro Eligendo Papa”, que será celebrada en la Basílica de San Pedro.

Esa misma tarde, los cardenales electores marcharán en procesión hacia la Capilla Sixtina. Allí, uno a uno, prestarán juramento conforme al documento Universi Dominici Gregis, comprometiéndose a cumplir con fidelidad su labor de elegir al nuevo Pastor de la Iglesia universal y a guardar absoluto secreto sobre todo lo relacionado con la elección.

Una vez pronunciado el tradicional “extra omnes” —la orden que exige a todos los no participantes abandonar el recinto—, comenzará un espacio de reflexión guiado por una meditación espiritual sobre la gravedad del deber que tienen por delante. Tras esta pausa, se procederá a las votaciones, que se regirán por el Ordo Sacrorum Rituum Conclavis.

Para que un candidato sea válidamente elegido, deberá alcanzar una mayoría de dos tercios de los votos emitidos. En caso de que no haya acuerdo, se celebran hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Si tras tres días consecutivos no se ha logrado una elección, los cardenales hacen una pausa para orar, dialogar libremente y recibir una exhortación espiritual del cardenal proto-diácono, actualmente Dominique Mamberti.

El resultado de cada votación se anunciará de forma visual: el humo negro indicará que aún no hay Papa; el blanco, que el Espíritu Santo ha hablado.

Una vez que un candidato ha aceptado su elección, el cardenal decano, Giovanni Battista Re, le preguntará qué nombre desea tomar como nuevo Pontífice. Con ese gesto, el nuevo Papa asume inmediatamente la autoridad suprema sobre la Iglesia católica. Los cardenales le rinden homenaje, y se redacta el acta oficial de la elección.

Poco después, el mundo entero será testigo del célebre anuncio desde el balcón central de la Basílica de San Pedro: “Habemus Papam”, seguido por el nombre del nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos. Este, a su vez, impartirá su primera bendición Urbi et Orbi, en un momento que une fe, tradición y esperanza en una sola voz.

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