
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | mayo 12, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | Exportaciones paralizadas y millones en pérdidas obligan a Chiquita a cerrar fincas
Chiquita anuncia cierre definitivo de fincas bananeras en Bocas del Toro tras prolongada huelga laboral
La tensión que durante años ha marcado las operaciones agrícolas en la provincia panameña de Bocas del Toro ha alcanzado un nuevo punto crítico. Chiquita Panamá, una de las principales compañías bananeras del país, confirmó este lunes que ha decidido suspender de manera definitiva la producción en una finca completa y en otras áreas cultivables equivalentes a dos fincas adicionales, como resultado directo de la más reciente huelga laboral que ha paralizado la actividad productiva durante más de dos semanas.
La empresa emitió un comunicado en el que detalla que, tras una evaluación inicial del impacto provocado por los bloqueos de vías y las protestas que ya acumulan quince días de duración, no ve viable continuar las operaciones en ciertos sectores de su infraestructura en Bocas del Toro. Además de detener la actividad en estas plantaciones, también se iniciarán los trámites legales correspondientes para cerrar la planta de empaque que da servicio a estas áreas agrícolas.
Este cese definitivo de operaciones implicará la pérdida de empleo para alrededor de 450 trabajadores. La cifra se desprende de la estimación de que cada finca emplea a unas 150 personas, lo que refleja no solo el alcance de la decisión en términos económicos, sino también su impacto social en una región altamente dependiente de esta actividad agrícola.
La situación se agravó el pasado 9 de mayo, cuando Chiquita cerró temporalmente sus oficinas administrativas en la ciudad de Changuinola, epicentro de su operación en la provincia, ante la imposibilidad de garantizar condiciones mínimas de seguridad y movilidad para su personal. Ese mismo día, los ejecutivos de la multinacional reubicaron a su equipo administrativo en Costa Rica, país donde también mantienen operaciones bananeras activas.
En medio de esta coyuntura, los representantes de la empresa se reunieron la semana pasada con el presidente de la República, José Raúl Mulino, para abordar la gravedad del problema y advertir sobre el creciente deterioro de las condiciones de operación en Panamá. Durante ese encuentro, se discutió la acumulación de pérdidas millonarias y el riesgo de una parálisis irreversible en el sector si no se adoptaban medidas urgentes para restablecer el orden y garantizar la logística de exportación.
El panorama ya era alarmante desde el pasado 8 de mayo, cuando Chiquita contabilizaba más de 900 mil cajas de banano listas para exportar que no habían podido salir del país, lo que representaba en ese momento pérdidas superiores a los 10 millones de dólares.
El caso de Bocas del Toro no es nuevo. Desde hace años, Chiquita ha operado en medio de un entorno marcado por frecuentes conflictos laborales, protestas sindicales, cierres de carreteras y paralizaciones en el transporte de mercancías. De hecho, la propia empresa calcula que enfrenta un promedio de 100 bloqueos al año en esa región, situación que ha desgastado su capacidad operativa y ha puesto en jaque la sostenibilidad de su inversión en el país.
El impacto de este anuncio va más allá de la empresa misma. Se estima que Chiquita concentra cerca del 90% de la producción bananera nacional, con Bocas del Toro como columna vertebral de esta actividad agrícola. La decisión de reducir sus operaciones de manera permanente en esta zona representa un golpe severo para la economía local y nacional, poniendo en evidencia la fragilidad de una industria que, a pesar de su peso económico, ha operado bajo condiciones cada vez más adversas.










