Manuel Rosales, el opositor que logra inscribirse para las elecciones presidenciales en Venezuela

Manuel Rosales, el opositor que logra inscribirse para las elecciones presidenciales en Venezuela

En un escenario político cargado de tensiones y sorpresas, el cierre del período de inscripción de candidatos a las elecciones presidenciales en Venezuela fue testigo de un desarrollo inesperado. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no permitió que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) inscribiera a su candidata, Corina Yoris, lo que dejó un vacío en la representación opositora.

Sin embargo, a última hora, se conoció de manera extraoficial que el partido Un Nuevo Tiempo (UNT) logró inscribir al gobernador del Zulia, Manuel Rosales, como aspirante a la presidencia. Rosales, de 71 años, es conocido por su férrea oposición al régimen de Hugo Chávez, lo que lo llevó al exilio en el pasado. Tras años de negociaciones, regresó al país y recuperó la gobernación del estado Zulia, uno de los más importantes de Venezuela.

La inscripción de Rosales genera interrogantes sobre posibles negociaciones con el Gobierno, que históricamente se ha opuesto a la candidatura de María Corina Machado o cualquier otro abanderado de la oposición. Aunque no es la primera vez que Rosales se presenta como candidato presidencial, su participación en estas elecciones agrega un elemento de incertidumbre al panorama político venezolano.

La falta de claridad sobre los detalles de esta inscripción ha generado especulaciones y críticas entre los líderes opositores. Juan Guaidó, desde el exilio, señaló que si un partido logró inscribir a un candidato, también habría podido hacerlo con la candidata unitaria, lo que plantea dudas sobre los motivos detrás de la elección de Rosales.

Ahora, queda por verse si María Corina Machado decidirá respaldar la candidatura de Manuel Rosales, después de una reunión de la que no se conocen detalles. Mientras tanto, los factores de la Plataforma Unitaria denunciaron dificultades para registrar a su candidato, lo que agrega más complejidad a un proceso electoral ya de por sí convulso.