
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | diciembre 2, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | Nicolás Maduro desafía la presión de E. U. mientras crecen las tensiones en el Caribe
La estrategia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para forzar un cambio de régimen en Venezuela atraviesa uno de sus momentos más delicados, en medio de una creciente presión militar, fuertes divisiones políticas en Washington y serios cuestionamientos jurídicos por recientes operaciones en el Caribe.
Trump reunió la noche del lunes a su círculo más cercano de seguridad nacional en la Oficina Oval para evaluar los próximos pasos frente a un escenario que comienza a desbordarse tanto dentro de Venezuela como en el propio Congreso estadounidense. La reunión se produjo horas después de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, apareciera bailando ante miles de simpatizantes en un acto masivo en Caracas, desmintiendo rumores sobre una eventual salida del poder. “No queremos la paz de los esclavos, ni la paz de las colonias”, proclamó el mandatario.
Presión militar sin resultados aparentes
Desde hace más de cuatro meses, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar frente a las costas venezolanas, con el despliegue del grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, así como aeronaves estratégicas y unidades navales adicionales. Sin embargo, el endurecimiento del cerco no ha provocado cambios visibles en la estructura de poder en Caracas.
Trump ha elevado el tono en los últimos días. Amenazó con ataques directos contra supuestos objetivos vinculados al narcotráfico en territorio venezolano y declaró que el espacio aéreo del país debía considerarse cerrado. A pesar de ello, Maduro permanece firme en el poder, lo que pone a prueba la credibilidad del mandatario estadounidense y su disposición a pasar de la retórica a una acción militar abierta.
Un dilema estratégico para la Casa Blanca
El desafío venezolano coloca a Trump ante una disyuntiva compleja que involucra al secretario de Defensa, Pete Hegseth; al secretario de Estado, Marco Rubio; y al jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine. Washington apuesta a que la presión obligue a Maduro a aceptar el exilio o provoque una fractura interna en la cúpula militar venezolana, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
Analistas advierten que una ofensiva limitada podría, por el contrario, fortalecer el discurso nacionalista del chavismo y unificar a la población alrededor del régimen. Una invasión a gran escala es considerada inviable, tanto por sus costos políticos como por el rechazo mayoritario de la opinión pública en Estados Unidos.
Crece la controversia por ataques en el Caribe
La estrategia venezolana de la Casa Blanca se ve agravada por la polémica en torno a un ataque estadounidense contra una embarcación en el Caribe el pasado 2 de septiembre. Legisladores demócratas y algunos republicanos cuestionan la legalidad de una posible segunda ofensiva contra sobrevivientes del primer ataque, lo que podría constituir una grave violación al derecho internacional y las Convenciones de Ginebra.
Hegseth, exfigura de Fox News, respaldó públicamente al almirante Frank M. “Mitch” Bradley, quien habría ordenado el segundo ataque. La Casa Blanca confirmó la operación, pero evitó detallar la amenaza real que representaba la embarcación para las fuerzas estadounidenses.
El caso también fue amplificado por un informe de The Washington Post, que generó una fuerte reacción política. Mientras tanto, sectores del Congreso exigen que Hegseth y los mandos involucrados comparezcan ante la Comisión de las Fuerzas Armadas para explicar las decisiones tomadas.
Riesgos políticos y geopolíticos
Fuentes del entorno de seguridad advierten que, si Maduro resiste el incremento de la presión militar, el impacto político para Trump sería severo. Su autoridad internacional se vería debilitada frente a rivales estratégicos como China y Rusia, y se pondría en entredicho la efectividad de su política de “máxima presión”.
Por el contrario, una salida negociada o un eventual colapso del régimen venezolano supondría un triunfo para la Casa Blanca: abriría la puerta al retorno de millones de migrantes, permitiría nuevos acuerdos energéticos y enviaría un mensaje de firmeza a aliados y adversarios.
Sin embargo, también persisten temores de que una fractura abrupta del poder en Caracas derive en un escenario de caos, violencia y prolongada inestabilidad regional.
Un atolladero sin salidas claras
Mientras crecen las dudas en el Congreso y se profundiza la tensión en el Caribe, Trump parece atrapado en un conflicto que él mismo escaló, sin una salida clara ni en Washington ni en Caracas. Ninguna de las opciones que hoy evalúa su equipo de seguridad nacional está libre de riesgos políticos, jurídicos o militares.
Por ahora, Maduro sigue en el poder, desafiante, mientras la estrategia estadounidense entra en su fase más incierta.








