REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | diciembre 18, 2024El acceso de Elon Musk a información clasificada y su reciente designación como jefe del futuro Departamento de Eficiencia Gubernamental por parte del presidente electo Donald Trump han generado una ola de inquietud en los círculos militares y de inteligencia estadounidenses. Según un informe del New York Times (NYT), al menos tres investigaciones se han abierto contra el magnate y su empresa SpaceX, cuestionando el cumplimiento de los protocolos requeridos para manejar información sensible.
Desde 2021, Musk y SpaceX han sido señalados por no cumplir con normativas clave, como reportar viajes internacionales, reuniones con líderes extranjeros, y el uso de sustancias controladas. Estas omisiones, indican las autoridades, podrían comprometer la seguridad nacional de EE. UU., especialmente considerando que SpaceX opera en proyectos estratégicos, como el lanzamiento de satélites militares.
Aunque Musk cuenta con una autorización limitada para acceder a información clasificada, el proceso de obtención de su permiso fue inusualmente largo, extendiéndose por más de dos años, según reportó el NYT. Además, la Fuerza Aérea de EE. UU. rechazó otorgarle una autorización de mayor nivel, sumándose a la preocupación de al menos nueve países, incluidos aliados como Israel, sobre la posibilidad de que Musk acceda a secretos ultraconfidenciales.
En respuesta a las acusaciones, Musk expresó su descontento en X (anteriormente Twitter), calificando a las investigaciones como una persecución liderada por el “estado profundo” y los “medios tradicionales”. “Prefiero no empezar peleas, pero sí las termino”, afirmó el empresario, sin ofrecer detalles específicos sobre los señalamientos.
A esta controversia se suma su cercana relación con Donald Trump, quien asumirá la presidencia el próximo 20 de enero. Fuentes cercanas a la administración de transición han confirmado que Trump planea otorgar a Musk amplios poderes dentro del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, diseñado para reducir la burocracia y optimizar el gasto federal. Además, como presidente, Trump podría garantizar a Musk acceso ilimitado a cualquier tipo de información confidencial, independientemente de las restricciones actuales.
El uso público de sustancias como marihuana, ketamina y otras drogas psicodélicas, que Musk ha reconocido en entrevistas, es otro factor que alimenta las preocupaciones. Según el Wall Street Journal (WSJ), esta conducta, junto con sus frecuentes contactos con líderes extranjeros como Vladímir Putin, ha llevado a que incluso los abogados de SpaceX desaconsejen que Musk solicite un acceso más amplio a información clasificada, ya que un rechazo podría poner en riesgo las autorizaciones que ya posee.
Internamente, algunos empleados de SpaceX también han expresado inquietud por el manejo de información sensible por parte de Musk. Aquellos que han planteado preocupaciones, según el NYT, han enfrentado represalias, incluidas terminaciones de contrato o presiones para abandonar la empresa. SpaceX, sin embargo, ha asegurado al Departamento de Defensa que Musk no participa en reuniones donde se discuten los detalles más confidenciales.
Perspectivas futuras
El ascenso de Musk como figura clave en la administración de Trump ha despertado tanto entusiasmo como inquietud. Mientras sus aliados destacan su enfoque disruptivo y su capacidad para liderar grandes proyectos, las dudas sobre su fiabilidad en asuntos de seguridad nacional persisten.
Con su designación como líder de un nuevo departamento federal y su papel crucial en empresas que operan en sectores estratégicos, el equilibrio entre innovación y seguridad será puesto a prueba en los próximos meses. Entretanto, las investigaciones en curso podrían arrojar más luz sobre el alcance de las posibles vulnerabilidades que plantea su acceso a secretos de Estado.