REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | abril 16, 2023Recomendaciones claves de la OMS para mejorar los sistemas de atención de salud mental a nivel mundial

La depresión es una enfermedad mental que ha sido reportada desde la antigüedad con diversos nombres, y en la actualidad es una de las enfermedades mentales más comunes en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021, 280 millones de personas en el mundo tienen un diagnóstico de depresión.
Los 194 Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han suscrito el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, comprometiéndose a lograr las metas mundiales para transformar la salud mental.
Aunque se han logrado progresos parciales en el último decenio, estos no son lo suficientemente rápidos y la salud mental sigue siendo una de las áreas más olvidadas de la salud pública.
Dos de cada tres dólares del escaso gasto público en salud mental se asignan a hospitales psiquiátricos independientes en lugar de servicios de salud mental comunitarios, donde las personas reciben una atención de mayor calidad.
En un informe reciente, la Directora del Departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel, insta a los países a abogar por el cambio hacia una mejor salud mental para su población.
Ya sea formulando políticas y legislación más sólidas sobre salud mental, o introduciendo la salud mental en los seguros médicos, fomentando o fortaleciendo los servicios comunitarios de salud mental o integrando la salud mental en la atención general de salud, las escuelas o los establecimientos penitenciarios, en el informe se incluyen muchos ejemplos que demuestran que los cambios estratégicos pueden aportar una mejora considerable.
El informe también insta a todos los países a acelerar la aplicación del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental y se formulan varias recomendaciones de actuación.
Estas recomendaciones se agrupan en tres ‘vías de transformación’, centradas en cambiar las actitudes hacia la salud mental, responder a los riesgos para la salud mental y fortalecer los sistemas de atención de la salud mental.
La salud mental merece y necesita una atención y recursos adecuados, y se espera que este informe impulse a los países a tomar medidas concretas para transformar la salud mental en todo el mundo.
La COVID-19 obligó a la población mundial a encerrarse en sus hogares y cambió la dinámica de vida de muchas personas, lo que ha llevado a un aumento significativo de la ansiedad y la depresión.
Los países se han visto obligados a incluir en sus planes de respuesta a la pandemia la salud mental y el apoyo psicosocial, aunque se ha demostrado que estos esfuerzos han sido insuficientes para satisfacer la demanda.
La mayor causa del aumento de la depresión y la ansiedad ha sido el estrés causado por el aislamiento social, sin precedentes de acuerdo con la OMS. Su director, Tedros Adhanom, ha expresado que el impacto en la salud mental es «solo la punta del iceberg» y que aún no se sabe lo suficiente al respecto.
Los países más afectados por la COVID-19, aquellos con altas tasas de infección y restricciones en la interacción social, han experimentado un mayor aumento en la depresión y la ansiedad.
Según el informe de la OMS sobre el tema, las mujeres y los jóvenes, especialmente aquellos entre 20 y 24 años, han sido los más afectados. Además, los niños también han sufrido un aumento significativo en los casos de salud mental. Muchos tuvieron que afrontar los duelos de perder a sus abuelos o padres, y la muerte ha estado presente en sus vidas más de lo que nunca antes habían experimentado.





