El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió este jueves con una nueva propuesta: poner a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, al frente de una comisión de eficiencia fiscal si resulta electo en las elecciones de noviembre. El objetivo de esta comisión sería eliminar el mal uso de recursos en el gobierno federal.
Durante su discurso ante el Economic Club de Nueva York, Trump reveló que la idea fue sugerida por el propio Musk, quien, en una entrevista en agosto, comentó que el control del gasto público podría ayudar a frenar la inflación en el país. Según Trump, Musk se mostró dispuesto a liderar la iniciativa y, según sus palabras, no necesitaría sueldo, título ni reconocimiento para asumir este reto.
Trump detalló que la comisión estaría encargada de crear un plan de acción que elimine el fraude y los pagos indebidos en un plazo de seis meses. «Esto ahorrará miles de millones de dólares», afirmó el candidato republicano. Sin embargo, no especificó cuáles serían los gastos a recortar.
El anuncio de Trump ha generado opiniones encontradas. Por un lado, algunos ven en Musk una figura capaz de introducir cambios significativos en la administración pública, dadas las medidas radicales que ha implementado en sus empresas, como en la red social X (antes Twitter), donde redujo drásticamente la plantilla de empleados. Sin embargo, otros consideran que una estrategia similar aplicada al gobierno podría tener consecuencias graves, como la pérdida de millones de empleos en el sector público.
Aunque Musk ha manifestado estar dispuesto a ayudar, su involucramiento en esta comisión podría generar conflictos de intereses. El empresario es propietario de varias empresas que están directamente vinculadas al gobierno federal. SpaceX, por ejemplo, mantiene contratos con la NASA, mientras que Tesla, su compañía de automóviles eléctricos, se beneficia de subsidios a través de créditos fiscales federales. Además, la red social X está regulada por la Comisión Federal de Comercio.
Expertos señalan que cualquier medida fiscal que afecte a estas empresas podría ser vista como un conflicto de intereses. «SpaceX y Tesla están profundamente entrelazadas con el gobierno federal, lo que complicaría cualquier rol de Musk en una administración Trump», explicó Ann Skeet, experta en ética aplicada de la Universidad de Santa Clara.
Elon Musk ha sido cada vez más activo en el escenario político de Estados Unidos. En los últimos meses, ha manifestado su apoyo a varias figuras conservadoras, como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador. Además, ha sido crítico del Partido Demócrata, lo que ha fortalecido su vínculo con la campaña de Trump. Su influencia en redes sociales, como la plataforma X, ha sido clave para amplificar sus opiniones políticas y atraer a millones de seguidores.