Trump y Netanyahu evalúan en Washington un plan de 21 puntos para frenar la guerra en Gaza

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este martes en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para evaluar una propuesta diplomática de 21 puntos que busca detener los combates en Gaza, liberar a los rehenes en poder de Hamas e iniciar un proceso de transición política en la Franja.

La iniciativa, conocida como “Estructura institucional de la Autoridad Internacional de Transición de Gaza (GITA)”, fue elaborada por el ex primer ministro británico Tony Blair, cuenta con el respaldo de la administración estadounidense y ha sido avalada por la Liga Árabe. Su contenido plantea desde un alto el fuego inmediato hasta la creación de un gobierno provisional en Gaza, excluyendo a Hamas de cualquier rol de poder.

El contenido de la propuesta

El plan prevé la liberación de los 48 rehenes israelíes retenidos por Hamas a cambio de la excarcelación de prisioneros palestinos, además de la retirada gradual de las Fuerzas de Defensa de Israel de la Franja bajo supervisión de una fuerza internacional temporal. También establece la entrega de ayuda humanitaria masiva y la reconstrucción de infraestructura esencial, con la mediación de Naciones Unidas y organizaciones independientes.

Uno de los puntos más sensibles es el futuro político de Gaza. Blair propone un gobierno de tecnócratas palestinos supervisado por una autoridad internacional, mientras que Netanyahu ha expresado objeciones, insistiendo en que la Autoridad Nacional Palestina quede fuera de esa ecuación y que el desarme de Hamas sea un compromiso más explícito y vinculante.

La oportunidad y las dudas

Trump se mostró optimista en su red social Truth Social: “Tenemos una oportunidad real de lograr algo grande en Medio Oriente. ¡Lo lograremos!”. Netanyahu, en cambio, adoptó un tono más prudente al señalar que el objetivo sigue siendo “liberar a los rehenes, desmantelar el régimen de Hamas y construir un nuevo futuro para Gaza y para toda la región”.

El plan también abre la puerta a un horizonte político más amplio: contempla la desradicalización de la población, programas de desarrollo económico y, a largo plazo, la posibilidad de avanzar hacia un Estado palestino, siempre que se cumplan las condiciones de seguridad y reformas institucionales.

La reunión en la Casa Blanca es vista como un punto de inflexión. Para la comunidad internacional, la clave será si Netanyahu acepta la propuesta, diseñada para equilibrar las demandas de seguridad de Israel con la presión de los países árabes de poner fin a la guerra y aliviar la crisis humanitaria en Gaza.