REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | diciembre 15, 2024Dos petroleros rusos que transportaban más de 4,300 toneladas de productos petrolíferos se hundieron en el Mar Negro en medio de condiciones climáticas extremas, generando preocupaciones sobre un posible desastre ambiental en la región. Las autoridades ucranianas han acusado a Moscú de imprudencia, señalando que el incidente pudo haberse evitado.
El primer naufragio ocurrió el domingo cuando el carguero Volgoneft-212, de 55 años de antigüedad, se partió en dos tras ser golpeado por una ola de gran magnitud. Imágenes difundidas muestran la proa de la embarcación sobresaliendo verticalmente del agua, mientras la tripulación, ataviada con chalecos salvavidas, observaba impotente la tragedia. La nave, que transportaba 4,300 toneladas de fuelóleo pesado, quedó a la deriva a unos 8 kilómetros del estrecho de Kerch, en la costa este de la Crimea ocupada.
Minutos después, otro buque, el Volgoneft-239, enfrentó dificultades similares en la misma área. Esta embarcación, con 4 toneladas adicionales de fuelóleo, también se hundió. Un video grabado desde una embarcación cercana captó la escena, mientras un marinero exclamaba en shock: “¡Otro barco se está hundiendo!”.
El portavoz de la marina ucraniana, Dmytro Pletenchuk, criticó duramente a Rusia, indicando que los petroleros eran demasiado antiguos y no debieron navegar en condiciones de tormenta. “Los rusos violaron las normas de operación y el resultado es este accidente”, afirmó Pletenchuk.
El Volgoneft-212, registrado en San Petersburgo, había sido sometido a reparaciones recientemente. Sin embargo, expertos señalaron que las modificaciones, que incluyeron soldar la proa y la popa después de retirar su sección central, pudieron haber debilitado la estructura, provocando su colapso.
El hundimiento de los dos buques representa una amenaza ambiental significativa para el ecosistema del Mar Negro, ya afectado por el conflicto bélico en curso. La posible filtración del fuelóleo podría devastar aún más la biodiversidad marina, incluyendo peces, crustáceos y cetáceos, cuya población ya ha disminuido drásticamente desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
En incidentes previos, la destrucción de la represa hidroeléctrica de Kajovka por las tropas rusas en junio de 2023 liberó miles de toneladas de agua contaminada con combustibles y fertilizantes hacia el Mar Negro, arrasando ecosistemas enteros. Biológos advirtieron que los desastres sucesivos han puesto en peligro crítico a especies como los delfines mulares y marsopas, que continúan registrando altas tasas de mortalidad.
Mientras tanto, expertos ambientales y organizaciones internacionales han urgido a investigar las causas del accidente y a evaluar con rapidez el impacto ecológico en la región. La posibilidad de un vertido masivo podría agravar aún más la ya delicada situación medioambiental del Mar Negro.