Condenan a líder de milicia Oath Keepers a 18 años de prisión por ataque al Capitolio

Condenan a líder de milicia Oath Keepers a 18 años de prisión por ataque al Capitolio

El líder de la milicia de extrema derecha Oath Keepers, Stewart Rhodes, fue condenado el jueves a 18 años de prisión por su participación en la conspiración sediciosa que ayudó a movilizar el ataque pro-Trump al Capitolio el 6 de enero de 2021.

La sentencia, dictada en el Tribunal de Distrito Federal en Washington, es la pena más severa hasta ahora en los más de 1,000 casos penales derivados del ataque al Capitolio, y la primera en ser aumentada por cumplir con la definición legal de terrorismo. También es la primera condena que se ha dado a alguno de los 10 miembros de los Oath Keepers y otro grupo de extrema derecha, los Proud Boys, que fueron declarados culpables de sedición en relación con los eventos del 6 de enero.

Para Rhodes, de 58 años, la sentencia marca el fin de una carrera tumultuosa e inusual que incluyó servicio en el Ejército, un período en el Capitolio y un título de abogado de Yale. Su papel como fundador y líder de los Oath Keepers lo llevó a estar en el centro de atención y ahora lo enviará a prisión durante la mayor parte de sus días restantes.

En una audiencia dramática de casi cuatro horas, el juez Amit P. Mehta criticó a Rhodes por buscar durante años, a través de su liderazgo en los Oath Keepers, que la democracia estadounidense «se desintegre en violencia». «Usted, señor», continuó el juez Mehta, dirigiéndose directamente al acusado, «representa una amenaza continua y un peligro para este país, para la República y para la propia esencia de nuestra democracia».

Al inicio de la audiencia, los fiscales instaron al juez Mehta a sentenciar a Rhodes a 25 años de prisión, argumentando que se necesitaba responsabilidad por la violencia en el Capitolio y que la democracia estadounidense estaba en juego. Kathryn L. Rakoczy, una de las fiscales principales del caso, le dijo al juez Mehta que Rhodes llevaba más de una década llamando a ataques contra el gobierno y que su papel en el ataque del 6 de enero fue parte de un patrón duradero. Según Rakoczy, el líder de los Oath Keepers aprovechó sus talentos e influencia para incitar a sus seguidores a rechazar los resultados de las elecciones de 2020 y finalmente los movilizó para asaltar el Capitolio en dos grupos militares separados en un violento esfuerzo por mantener al presidente Donald J. Trump en el cargo.

Jeffrey S. Nestler, uno de los fiscales, comenzó el juicio de Rhodes diciéndole al jurado que en las semanas posteriores a la victoria de Joseph R. Biden Jr. en las elecciones, el líder de los Oath Keepers y sus subordinados «idearon un plan para una rebelión armada para socavar un pilar de la democracia estadounidense»: la transferencia pacífica del poder presidencial.

Al cerrar el caso del gobierno, Nestler declaró que los Oath Keepers conspiraron contra Biden, ignorando tanto la ley como la voluntad de los votantes, debido a su rechazo a los resultados de las elecciones. Durante el juicio, los fiscales mostraron al jurado cientos de mensajes de texto encriptados de miembros de los Oath Keepers, demostrando que Rhodes y algunos de sus seguidores estaban obsesionados con temores extravagantes de que agentes chinos habían infiltrado el gobierno de EE. UU. y que Biden, a quien llamaban «marioneta» del Partido Comunista Chino, podría ceder el control del país a las Naciones Unidas.

Los fiscales también intentaron demostrar cómo, a lo largo del período posterior a las elecciones, Rhodes estaba desesperado por contactar a Trump y persuadirlo de tomar medidas extraordinarias para mantenerse en el poder. Por ejemplo, en diciembre de 2020, Rhodes publicó una carta abierta en su sitio web instando a Trump a invocar la Ley de Insurrección. Creía que esta ley, que tiene más de dos siglos de antigüedad, le daría al presidente el poder de convocar a milicias como los Oath Keepers para reprimir el supuesto «golpe de Estado» liderado por Biden y Kamala Harris, la próxima vicepresidenta, que buscaba destituirlo.

Como parte del plan, los fiscales sostuvieron que Rhodes estableció una «fuerza de reacción rápida» de Oath Keepers altamente armados en un Comfort Inn en el condado de Arlington, Virginia, listos para llevar sus armas a Washington si sus compañeros en el Capitolio los necesitaban.