
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | abril 20, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | El Papa Francisco clama por la paz mundial en un emotivo mensaje de Pascua
Desde Gaza hasta el Sahel, el Papa suplica por el fin de la violencia en su bendición de Pascua
En una mañana radiante de Pascua, el Papa Francisco volvió a erigirse como la conciencia moral del mundo. Desde la logia central de la Basílica de San Pedro, ante una Plaza colmada de fieles y adornada con miles de tulipanes traídos especialmente desde los Países Bajos, el Pontífice dirigió su tradicional bendición Urbi et Orbi —a la ciudad y al mundo—, marcada esta vez por un tono profundamente humano, esperanzador y, a la vez, desgarrador.
Aunque aún convaleciente de una neumonía bilateral, Francisco se hizo presente, sereno pero frágil, antes de ceder la lectura de su mensaje al Arzobispo Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Su voz no se escuchó directamente, pero sus palabras retumbaron con fuerza: “Cristo ha resucitado”, proclamó el mensaje papal, “Cristo, mi esperanza, ha resucitado”.
El Papa no se limitó a hablar de dogmas. Habló del poder transformador de la resurrección como una fuerza real y presente en el mundo. “El amor ha triunfado sobre el odio, la luz sobre las tinieblas, la verdad sobre la mentira”, decía el mensaje. Y a pesar de admitir que el mal no ha desaparecido de la historia, Francisco aseguró que este ya no tiene poder sobre quienes acogen la gracia de la Pascua.
La mirada puesta en las heridas del mundo
Lejos de un discurso ceremonial, el mensaje del Papa se convirtió en un grito urgente por la paz. En uno de los momentos más conmovedores, su pensamiento se dirigió al Medio Oriente, y especialmente a la Tierra Santa, “herida por el conflicto” y atrapada en una espiral interminable de violencia. Su cercanía fue particularmente dirigida al pueblo de Gaza y a la comunidad cristiana que sobrevive en medio del caos.
“Pido, una vez más, un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza”, exigió el Papa a través de su emisario, “la liberación de los rehenes y el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria”. Francisco no dudó en convocar a la comunidad internacional a actuar con urgencia ante lo que calificó como una “situación humanitaria dramática y deplorable”.
Desde Gaza hasta el Sahel, desde Ucrania hasta el Cuerno de África, el mensaje papal hizo un repaso de los puntos más dolorosos del planeta. Su oración incluyó a los pueblos desplazados, a los prisioneros de guerra, a los niños que mueren de hambre, a las familias rotas por la violencia. E hizo un nuevo llamado al desarme global y a la renuncia a toda lógica de venganza.
“Cristo resucitado”, concluyó el mensaje, “no quita el sufrimiento del mundo, pero lo transforma. Y nos llama a ser constructores de paz, instrumentos de reconciliación, sembradores de esperanza”.