
REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | abril 22, 2025Audio generado por AI para Panamá en Directo
Panamá en Directo | ¿Quién será Papa? Un cónclave impredecible y una Iglesia en transformación
De los actuales papabili, la gran mayoría fueron promovidos por el propio Francisco, aunque todavía sobreviven dos nombres seleccionados por Benedicto XVI
En el delicado y reservado universo del Vaticano, hay un viejo refrán que resuena con fuerza cada vez que se aproxima un cónclave: «Quien entra al cónclave como papa, lo deja como cardenal.» Esta frase, repetida entre pasillos silenciosos y criptas cargadas de historia, encierra una advertencia clara: nunca hay que subestimar el misterio del Espíritu Santo —o las complejidades de la política eclesiástica.
Esta lección fue particularmente evidente en 2013, cuando el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, era considerado el claro favorito para convertirse en el nuevo líder de la Iglesia católica. La certeza era tal que, apenas la fumata blanca se elevó desde la Capilla Sixtina, un alto funcionario de la Iglesia italiana celebró públicamente lo que creía era la elección de Scola. Pero el anuncio oficial reveló otra realidad: el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se había convertido en el Papa Francisco.
A más de una década de aquel giro inesperado, la Iglesia se prepara para un nuevo cónclave que promete ser uno de los más impredecibles de los últimos tiempos. La razón: las reformas introducidas por Francisco han transformado radicalmente el cuerpo electoral que elegirá a su sucesor.
Durante su pontificado, Francisco buscó romper con las tradiciones eurocéntricas que dominaron la Curia romana durante siglos. Redefinió la lógica de selección de cardenales, descartando la norma no escrita que otorgaba automáticamente el capelo rojo a los obispos de ciertas diócesis históricas, especialmente en Italia. En su lugar, elevó a cardenales de rincones olvidados del mundo católico: desde los archipiélagos del Pacífico hasta los valles del Caribe y las selvas del Sudeste Asiático. Gracias a estas decisiones, el colegio cardenalicio es ahora más diverso que nunca.
Este nuevo mapa eclesiástico complica las predicciones. Muchos de los nuevos cardenales —algunos provenientes de Tonga, Haití o Papúa Nueva Guinea— están relativamente desvinculados de las dinámicas del Vaticano, lo que hace más difícil prever cómo votarán. No obstante, si bien el cónclave será más abierto, no todos los electores serán considerados papabili, el término italiano para los candidatos con posibilidades reales de ser elegidos Papa.
Se estima que solo un puñado de los 120 cardenales con derecho a voto reúne las cualidades necesarias: experiencia pastoral, capacidad de liderazgo moral en un mundo turbulento y, sobre todo, la habilidad de mantener unida a una Iglesia global con profundas divisiones internas. La edad también será un factor: los dos últimos pontífices fueron elegidos con más de 75 años, en parte para asegurar pontificados más breves y posiblemente menos controvertidos.
De los actuales papabili, la gran mayoría fueron promovidos por el propio Francisco, aunque todavía sobreviven dos nombres seleccionados por Benedicto XVI. Su presencia recuerda que el próximo Papa no solo será una figura espiritual, sino también el reflejo de un equilibrio entre la continuidad y el cambio.
Mientras tanto, el mundo observa. Y dentro de la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel, se decidirá mucho más que un nombre: se jugará el rumbo futuro de la Iglesia católica romana.