REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | noviembre 3, 2024La vicepresidenta Kamala Harris se enfrenta a serios retos políticos en materia de inmigración y seguridad fronteriza, un tema que ha dominado el debate público y generado polémica entre los votantes. En los estados decisivos, como Georgia y Pensilvania, los votantes muestran incertidumbre sobre su postura y antecedentes en políticas migratorias, una situación aprovechada por el expresidente Donald Trump y sus aliados, quienes han enfocado su campaña en atacar a Harris y al actual gobierno en este ámbito.
Durante su carrera política, Harris ha adoptado posturas progresistas, lo que ahora es usado en su contra en un país que, en los últimos años, ha endurecido su postura hacia los inmigrantes indocumentados. Trump y su equipo de campaña han lanzado anuncios y declaraciones en los que acusan a Harris de ser “débil” en la seguridad fronteriza, recurriendo a mensajes muchas veces falseados y cargados de estereotipos. Para contrarrestar, Harris ha resaltado su experiencia como fiscal en un estado fronterizo y su apoyo a proyectos de ley que abogan por una seguridad fronteriza efectiva, en contraste con las medidas de Trump.
A pesar de los esfuerzos de Harris por posicionarse en el tema, el Partido Republicano ha invertido más de 243 millones de dólares en anuncios sobre inmigración, comparado con solo 15 millones por parte de Harris y sus aliados. Estos anuncios republicanos presentan una imagen de caos en la frontera y utilizan afirmaciones inexactas que atribuyen a la administración de Biden y Harris la liberación de inmigrantes indocumentados con antecedentes penales violentos.
Por otro lado, la administración Biden ha implementado restricciones en el asilo que han disminuido significativamente los cruces ilegales en la frontera sur, lo cual, según algunos expertos, ha beneficiado a la economía estadounidense. Sin embargo, la inmigración sigue siendo una de las principales preocupaciones entre los votantes. Muchas personas, como Denise Alvez, una votante independiente en Georgia, expresan frustración por la gestión actual, sintiendo que los demócratas han sido demasiado permisivos en este tema.
Harris también ha recibido ataques por sus comentarios y posiciones anteriores, como su apoyo a la cirugía de afirmación de género para migrantes detenidos y su defensa de un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers. Estas posturas son utilizadas por Trump para atraer a votantes indecisos, destacando sus políticas de “mano dura” contra la inmigración ilegal y prometiendo deportaciones masivas y mayor seguridad fronteriza en caso de ser reelecto.
Mientras tanto, la vicepresidenta intenta equilibrar sus mensajes para satisfacer tanto a la base demócrata, que tiende a ser más tolerante, como a los votantes indecisos que prefieren políticas migratorias más estrictas. Aunque ha hecho avances al resaltar su experiencia en seguridad y control de pandillas, Harris sigue enfrentando una batalla cuesta arriba en la percepción pública. Las encuestas muestran que, aunque ha ganado terreno, Trump continúa teniendo una ventaja significativa sobre Harris en cuanto a la confianza de los votantes en temas migratorios.
En eventos recientes, Harris ha enfatizado que no se trata de elegir entre una frontera segura y un trato humano hacia los inmigrantes, sino que ambos son posibles. Sin embargo, su discurso enfrenta la poderosa retórica de Trump, que sigue ganando adeptos mediante mensajes emotivos y simplificados sobre la crisis migratoria. Analistas políticos consideran que la dificultad de Harris radica en que mientras Trump ofrece una solución “aparente” y rápida, la propuesta de Harris requiere un enfoque integral y realista, algo más difícil de comunicar.