REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | agosto 3, 2024Los obstáculos de Nicolás Maduro para un nuevo diálogo con Estados Unidos
En medio de la creciente presión internacional sobre Venezuela tras las disputadas elecciones presidenciales del 28 de julio, el presidente Nicolás Maduro ha manifestado su disposición a retomar el diálogo con Estados Unidos. Sin embargo, ha condicionado estas negociaciones a la aplicación del memorando de entendimiento firmado en Catar en septiembre del año pasado, como punto de partida para las conversaciones.
Este memorando, publicado recientemente por Maduro en su cuenta de X, incluye compromisos por parte de Estados Unidos, como la concesión de licencias petroleras a la industria venezolana y una serie de alivios económicos, a cambio de que las autoridades chavistas adelanten las elecciones presidenciales de 2024, definan un calendario electoral y permitan la participación plena de la oposición. A pesar de estos acuerdos, el incumplimiento por parte de Caracas ha sido significativo.
En octubre del año pasado, Washington otorgó permisos a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para hacer negocios con empresas estadounidenses. Sin embargo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos revocó estos permisos en abril de 2024, debido a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela impidió la inscripción de María Corina Machado, la principal candidata opositora. Este acto fue visto como una «línea roja» cruzada por el régimen chavista.
Además, el acuerdo en Catar estipulaba el «rechazo de cualquier forma de violencia en el ejercicio de la política». No obstante, diversas ONG reportaron que al menos 100 personas de la oposición fueron detenidas durante la campaña, y aquellos que colaboraron indirectamente con Machado y Edmundo González Urrutia, como conductores y propietarios de restaurantes, enfrentaron represalias, incluido el cierre de sus establecimientos.
El Centro Carter, encargado de supervisar los comicios, declaró que las elecciones no cumplieron con los estándares de imparcialidad democrática, calificándolas como «no democráticas». Este hecho, junto con las acusaciones de fraude respaldadas por el Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha tensado aún más las relaciones entre Washington y Caracas.
Maduro ha respondido a estas acusaciones calificándolas de «trampa» y acusando a Estados Unidos de intentar justificar un «golpe de Estado». Además, ha amenazado con transferir los bloques petroleros y gasíferos, actualmente operados por compañías occidentales, a sus aliados del grupo BRICS si Estados Unidos intensifica sus acciones contra Venezuela.
A pesar de la reanudación de algunas operaciones de Chevron en Venezuela, facilitadas por una licencia otorgada en noviembre de 2022, las relaciones entre ambos países siguen siendo frágiles. Washington ha mantenido una política de sanciones y alivios parciales, mientras que Caracas continúa buscando apoyo en otros frentes, como los BRICS.
En este complejo escenario, Catar se perfila como un actor crucial para facilitar un nuevo diálogo. El emirato ha sido mediador en varias disputas internacionales, demostrando su capacidad para negociar con diversos actores, desde Israel y Hamás hasta Rusia y Ucrania. La independencia de Catar, combinada con su capacidad de diálogo con múltiples grupos, lo posiciona como un intermediario potencialmente eficaz en la crisis venezolana.