REDACCIÓN | Panamá en Directo
Panamá | noviembre 4, 2024Las campañas electorales en Estados Unidos son notablemente más largas que en la mayoría de las democracias del mundo. A diferencia de otros países que limitan la duración de sus campañas, los aspirantes a la presidencia en EE. UU. inician sus campañas con meses o incluso años de antelación, una dinámica que tiene profundas raíces en factores financieros y geográficos.
Un claro ejemplo es el del expresidente Donald Trump, quien anunció su candidatura para las elecciones de 2024 en noviembre de 2022, iniciando una campaña que se prolongará 720 días. Su rival en las elecciones de 2020, el presidente Joe Biden, también pasó más de un año en campaña antes de suspender su candidatura. En contraste, países como Japón tienen periodos de campaña mucho más breves; de hecho, durante el tiempo que Trump estará en campaña, Japón podría haber celebrado hasta 60 elecciones.
La principal razón detrás de esta diferencia es la financiación. Las campañas en Estados Unidos requieren cantidades enormes de dinero, con un gasto proyectado de 12 mil millones de dólares para las elecciones de 2024. Esta necesidad de recursos prolonga la duración de las campañas, ya que los candidatos deben recaudar fondos con anticipación para cubrir los altos costos de publicidad, personal e infraestructura electoral en múltiples estados. A diferencia de otros países, EE. UU. no impone límites estrictos al gasto de campaña, lo que permite a los candidatos buscar financiamiento prácticamente sin restricciones.
En contraste, países como Panamá, México, Francia y Canadá limitan tanto la duración de las campañas como los gastos permitidos, lo que evita que las contiendas electorales se prolonguen. En Francia, por ejemplo, las campañas presidenciales duran solo dos semanas antes de la primera vuelta, mientras que en Canadá suelen durar alrededor de 36 días. Además, muchos de estos países proporcionan financiamiento público a los candidatos y limitan las contribuciones privadas, lo cual reduce la necesidad de extender las campañas.
El sistema político también influye en la duración de las campañas. En países con sistemas parlamentarios, como el Reino Unido o Canadá, los votantes están familiarizados con los líderes de los partidos, lo que reduce la necesidad de largas campañas para posicionar candidatos. En EE. UU., donde la elección es presidencial y con múltiples aspirantes, los candidatos necesitan más tiempo para darse a conocer y establecer su plataforma.
La tendencia hacia campañas prolongadas en Estados Unidos comenzó en la década de 1970 con el expresidente Jimmy Carter, quien anticipó su candidatura en 1974 para las elecciones de 1976. Su estrategia de iniciar la campaña con gran antelación fue clave para construir un reconocimiento de nombre en estados clave, lo que finalmente le ayudó a ganar la presidencia y estableció un nuevo estándar en la política estadounidense. Desde entonces, la estrategia ha sido replicada por otros candidatos, impulsando la duración de las campañas hasta lo que conocemos hoy.
A medida que más estados adelantan sus primarias para ganar relevancia en el proceso de nominación, los candidatos han intensificado sus esfuerzos para recaudar fondos y asegurar el apoyo de los votantes con cada vez mayor anticipación, consolidando la necesidad de campañas largas en Estados Unidos.