Tras su partida, el papa Francisco será velado en la intimidad de Casa Santa Marta

Comienza el último adiós al papa Francisco

En el corazón del Vaticano, donde por más de una década latió la voluntad reformista y pastoral del papa Francisco, se inicia esta noche uno de los rituales más solemnes de la tradición católica: la constatación oficial de su fallecimiento. El rito, presidido por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, comenzará a las 20:00 hora local en la capilla privada de la residencia pontificia de Casa Santa Marta, conforme a la voluntad expresamente dejada por el propio pontífice.

Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, murió en la mañana del 21 de abril de 2025, a las 7:35 a.m., a los 88 años, en la misma residencia donde decidió vivir desde su elección en 2013, renunciando al tradicional Palacio Apostólico. El pontífice enfrentaba desde hacía más de dos meses una complicada afección respiratoria que lo mantuvo internado durante 38 días en hospitales romanos. Su estado de salud había empeorado progresivamente en los últimos días.

Las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron a muerto a primera hora de la mañana, marcando con gravedad el inicio de un proceso cuidadosamente estipulado por el propio Francisco en el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, que él mismo promulgó en 2024 para modernizar los ritos funerarios papales. Entre los cambios que introdujo, figura la decisión de ser velado en la capilla de Casa Santa Marta, y no en la del Palacio Apostólico, como era costumbre con sus predecesores. También dispuso que su cuerpo fuera expuesto a los fieles en un ataúd abierto, evitando el tradicional catafalco en la Basílica de San Pedro.

Diego Ravelli, maestro de ceremonias litúrgicas pontificias, confirmó mediante un comunicado que el cuerpo de Francisco será colocado esta noche en su féretro y permanecerá en velatorio privado en su residencia. Al acto han sido convocados todos los cardenales presentes en Roma, los familiares del pontífice y diversas autoridades vaticanas.

Este rito marca el inicio del protocolo funerario, que culminará en una ceremonia fúnebre en San Pedro y, en un plazo no mayor a 20 días, la convocatoria del cónclave que elegirá a su sucesor.

Con su muerte, Francisco deja un legado complejo y profundo: un papado marcado por su opción preferencial por los pobres, su lucha contra los abusos en la Iglesia y su visión de una Iglesia «en salida», humilde y cercana. Esta noche, sin embargo, el Vaticano se sumerge en el recogimiento de la despedida, en el mismo lugar donde el papa eligió vivir, rezar y, finalmente, morir.